Kurt miraba por la ventana como las interminables filas de pinos se perdían en la oscuridad del bosque mientras el auto pasaba a una velocidad decente por la carretera. Su padre, Burt, que había viajado hace ya una semana para poder arreglar los últimos detalles de la casa, había ido por él, por su hermanastro Finn y por su madrastra Carole al aeropueto.
Carole se sentía algo mal por sus chicos, como ella les decía. El hospital de Ohio, en donde trabajaba, la había transferido al de Montana para darle un mejor puesto por sus años de servicio, puesto que no podría rechazar ya que eso consistía en más dinero para las universidades de sus hijos.
-Chicos...-dijo ella, volteándose en su asiento para poder mirar a sus hijos en los asientos traseros- lo siento mucho, pero esto es por su futuro.
Ambos suspiraron y solo se limitaron a asentir con la cabeza. Ellos sabían el sacrificio que hacían sus padres y lo entendías, pero eso no evitaba que extrañaran a sus amigos. Ambos habían prometido hacer sus mejores esfuerzos para que sus padres no se sintieran mal.
-Estoy seguro de que ambos conseguirán nuevos amigos, son muy carismáticos los dos y tienen casi todas las clases juntos-agregó Burt sin quitar la mirada del camino, tratando de quitar el silencio del auto pero fallando en su intento.
Cuando llegaron a la casa, bajaron sus maletas y arreglaron sus habitaciones. Al siguiente día tendrían que ir a su primer día en su nueva escuela y estaban cansados así que decidieron irse a la cama.
Kurt estaba masajeándose los pómulos de la cara mientras se ponía su última crema antes de dormir cuando oyó algunos golpes en la puerta.
-Está abierto...-suspiró mientras se levantaba y se dirigía a su cama.
-Hola..-susurró su hermano al entrar. Finn era mucho más alto que Kurt y algo torpe, su relación de hermanastros fue difícil al principio pero con el tiempo se aprendieron a querer y ahora se llevaban de maravilla. Ambos eran muy unidos y se tenían mucha confianza.- Me preguntaba si.. ¿podría dormir contigo esta noche?-susurró cabizbajo sin moverse del marco de la puerta.
Kurt le sonrío y palmeo un lado junto a él sobre la cama el cual fue ocupado en segundos por su hermano.
-¿Extrañas a Quinn?-le susurró Kurt jugando por el borde de las sábanas, mientras fijaba su mirada en el techo.
-Sí, un poco pero más creo que voy a extrañar nuestra vida- suspiró Finn pensando en lo que pasaba.
Sí extrañaba a Quinn que había sido su novia desde que eran niños, pero cuando viajó decidió terminar con ella porque estaba seguro de que no se volverían a ver. Lo que enserio le angustiaba ahora, era lo que pasaría el día siguiente. Tendrían que ir a una escuela nueva, con gente que no conocían y que al ser el último año, seguramente ya tendrían amistades hechas que no estarían interesados en siquiera mirarlos.
Kurt por su lado no estaba tan preocupado, él sólo quería que el año terminara rápido para al fin por regresar con sus amigos e irse a Nueva York. Extrañaría su vida pero tenía una pequeña posibilidad de tener una nueva.
Así fue cómo ambos hermanos se durmieron, angustiados, pero al sentir al otro junto a su lado, suponían que todo iría mejor.
-Kurt... no te dejaré solo-.
-Tampoco yo..-.
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No es tán fácil
Fanfiction¿Puede un lugar guardar tantos secretos?¿Se puede amar a alguien incluso si su vida depende de ello? La mudanza a un nuevo lugar le enseñará a Kurt que nada es cómo parece y que todos ocultamos algo. Aviso: Hola, este es mi primer fic así que espero...