No todo es tan horrible

~Principe,bienvenido~

Aquel chico, vestido con ropa formal, y con un ramo de flores en su mano aún no creía lo que había pasado, ella, no podía creer lo que había hecho, otro no le hubiera importado pero ella, su pequeña chica con lentes, a la que tanto amaba.
Respiró profundo y entró al lugar, miró detenidamente los rostros de todas las personas no se veía ni una sola sonrisa en el lugar, y la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo, el avanzó en medio del silencio, con las miradas en el y entró a otra habitación, allí estaba ella, blanca como la nieve, durmiendo hasta que lo oyó pasar... -esperen esperen,que creyeron? Que ella? Oh no, lo intentó,pero no lo logró. Bueno ya continuemos- sus ojos color miel se abrieron y su sonrisa era enorme cuando lo vio, él lo único que pudo hacer fue correr a abrazarla y decirle que no la dejaría nunca más, y le dijo que la amaba con toda su alma.
En ese instante el rostro de ella estaba para una foto, su boca estaba abierta de par en par, tanto que muchos podrían decir que se tragaría una mosca y sus ojos se encontraban más grandes de lo normal. Ethan, ya conociéndola desde hace mucho a su pequeña, supo que su reacción era más que buena,  así que cerró la boca de su chica y le plantó un beso en la comisura del labio que hizo que la chica quedara peor que un tomate.
Beth no podía creerlo, ella la chica con lentes, la marginada Elizabeth Johnson, a la que nadie quería había enamorado a Ethan ¡su príncipe azul! Desde este momento no volvieron a separarse
Un bello final para una historia no? Pues claro que lo es!