SHINNING OVER YOU [EN EDICIÓN]

Three Shots 🎤

Seungcheol comenzó a dar vueltas por el lugar. Vio chicas y chicos de distintas edades haciendo deberes. Los mayores ayudaban a los más pequeños. Una niña de no más de diez años sostenía a un bebé en su regazo mientras le daba leche en una mamadera.

- ¿Así que a ésto te dedicas en tu tiempo libre? - Dijo Seungcheol luego de ver a Jeonghan leyendo un cuento mientras un grupo de pequeños lo rodeaban. Era la primera vez que lo veía ser amable con alguien.

- La humildad es algo que se adquiere - Dijo sonriendo - Y la forma mas efectiva de hacerlo es recordando tus raíces.

Seungcheol enrojeció. Definitivamente el chico había hecho sus deberes. Porque a pesar de que actualmente era una famosa estrella, no siempre había sido tan afortunado. Seungcheol había crecido en un barrio pobre, donde sufrió hambre y frío, hasta que un cazador de talentos lo reclutó a los diez años.

- ¿Vienes muy seguido? - Dijo curioso. Era obvio que todos lo conocían en aquel lugar.

- Siempre que tengo tiempo

- ¿Cómo conociste este lugar? - Definitivamente estaba intrigado por saber como un chico tan desalmado (Era la definición exacta para una persona que te despierta en las mañanas con un vaso de agua en pleno rostro) había dado con un lugar como ese.

Jeonghan mostró una sonrisa que al de cabello platinado se le antojó nostálgica - Yo... Me crié en éste lugar.

Seungcheol abrió los ojos como platos. Yoon Jeonghan, dueño de una de las empresas de artistas más poderosas del momento (Si, después de conocerlo, Seungcheol estuvo leyendo sobre él) había vivido en una casa de caridad. Eso definitivamente no se lo había esperado.

- ¿Y cómo es que llegaste a tener tu imperio?

- Simplemente fui afortunado - Dijo mientras mantenía su sonrisa y se alejaba rumbo a lo que parecía la cocina.

Wow... Definitivamente estaba impactado.
Durante la siguiente hora se dedicó a observar a su demonio personal (Que ya no le parecía tan malvado) mientras ayudaba con el almuerzo para los chicos. Las mujeres que lo acompañaban le brindaban palabras amables y sonrisas sinceras.

- Es un ángel ¿Verdad? - Dijo la mujer que los había recibido al llegar - Hannie nunca se ha olvidado de nosotros. Incluso después de que fue adoptado por una familia muy ricachona, sigue viniendo cada semana. Y además, es quien mantiene este lugar.

- ¿De verdad? - De pronto Seungcheol observaba a aquel chico con otros ojos.

- Si. Incluso ha querido que nos mudemos a una casa más grande y moderna, pero no se lo hemos permitido. Suficiente hace por nosotros como para que además nos compre una.

El resto del día, Seungcheol se dedicó a observar a aquel chico mientras preparaban el almuerzo y luego lavaba los platos, leía cuentos y jugaba con las chicas. Hasta cantó para ellos, y resultó que tenía una voz preciosa. Definitivamente no era el mismo Yoon que él conocía.
Pero cuando llegaron a casa, la magia se acabó. Volvió a ser el mismo demonio de siempre y lo obligó a ir al gimnasio incluso después de haber ayudado con el aseo de la casa de la caridad. Ya comenzaba a odiarlo de nuevo.

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La semana siguiente comenzó el tour. El primer concierto fue llevado a cabo en uno de los estadios más grandes e importantes del país. Lleno total, boletos agotados, chicas desmayadas y fuegos artificiales al comenzar. Había sido el mejor concierto de su vida. Los siguientes tres, también llevados a cabo en el país, y cinco más en el extranjero, tuvieron el mismo éxito. Estaba tan feliz, que por supuesto, quería celebrar. Y que mejor forma de hacerlo que con un par de copas y algunas chicas. Estaba en la habitación del hotel, semidesnudo, acariciando y besando la espalda de una hermosa pelirroja, cuando la puerta se abrió de golpe.

- Fuera - Dijo la voz del rubio en tono imperativo. Los amantes quedaron de piedra - Ahora.

La chica se incorporó, tomó sus prendas y salió semi desnuda de la habitación.

- ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Quién crees que eres para entrar a mi habitación de ese modo?!

- ¿Qué me pasa? Estamos en mitad del tour, mañana tienes una ronda de entrevistas para la televisión y decides emborracharte. Eso pasa - Dijo en tono agrio - No me importa si quieres beber hasta perder la conciencia, o traer a la habitación y enredarte con quien tú quieras, tu vida personal no es asunto mío. Pero tienes una agenda que cumplir, y si tus estupideces e infantilidades interfieren con ello, se vuelve un problema para mi. La gira termina en una semana. Hasta entonces, procura comportarte. Luego de eso, puedes hacer lo que se te dé la gana.

Dicho ésto, salió de la habitación, dejando a Seungcheol hirviendo en ira. ¿Quién se creía para tratarlo de ese modo? Era su manager y había hecho un excelente trabajo, pero eso no le daba derecho a impedirle pasar una buena noche, después de todo, era su empleado. Estaba tan furioso, que se puso el pantalón de pijama y salió rumbo a la habitación de Jeonghan, dispuesto a ponerlo en su lugar. Tocó la puerta, y al abrir, se encontró de frente con el rubio con el cabello húmedo y cubierto solo por una toalla. Acababa de salir de la ducha.

- ¿Qué quieres? - Dijo en tono indiferente.

Seungcheol quizo replicar por lo sucedido, pero entonces notó una gota de agua que se deslizaba por el cuello del rubio, bajaba por su torso desnudo y bien formado y se perdía en su vientre bajo la toalla. A Seungcheol se le secó la boca. Jamás había notado lo apuesto que era su manager, y su rostro enfadado lo hacían parecer aún más atractivo. No pudo decir palabra.

- Si no tienes nada que decir, entonces vete. Mañana tenemos mucho que hacer .

Acto seguido cerró la puerta, dejando a Seungcheol completamente desconcertado, y sin embargo no tanto como cuando, media hora después, el de cabello plateado se sorprendió a sí mismo pensando en la bella figura de su manager, visión que le provocó un serio dolor de entrepiernas.

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