EN LAS NOCHES del último tiempo el joven millonario Roman Godfrey frecuentaba prostitutas, eso era algo rutinario. Ya fuera para combatir el hambre y sed de sangre o para distraer su mente. Tenia una hija pequeña a la que inclusive miedo tenia de ella, esa niña fue producto de una violación a su querida Letha, quien no sólo fue su prima como creyó por años, era su hermanastra.
Maldijo a su madre y a Normal, el bastardo tenia la culpa por no decirle que era su padre biológico.
Pero sinceramente Olivia era la culpable de todo, ella uso ese don de la hipnosis con el mismo para ir y violar a Letha para así continuar con el linaje. No podía esperar a que su hijo disfrutara de la vida y en años —muchos años después —quisiera formar una familia.
¿Que ocurrió? asesinatos, muerte, Peter abandonandolo en el momento que más necesitaba un amigo, Shelley huyó y la gente la quería muerta, Letha murió en el parto, Norman se volvió loco por perder a su única hija, el quedo solo y Olivia le confesó que Nadia era su hija. Después de un intento de suicidio fallido renació de la muerte y con ello la sed de sangre fue alta.
Por ira a su madre la intento matar y la lengua le arranco de una mordida.
Ya meses después a la niña la tenia encerrada en una habitación con tanta seguridad y sin nada de afecto. Pues no sabia como ser padre, tenia miedo a que la lastimaran por ser especial.
Su hambre le estaba volviendo loco pero o quería ser como Olivia por lo que suprimia su hambre con otras cosas. Aunque para el momento en la noche, donde iba a cazar vagos o prostitutas sus demonios florecían.
Bien ahora estaba en las afueras de Hemlock Grove acudiendo a su prostituta frecuente. Una morena y delgada de cabello negro. La tipa era una zorra desde la cuna pero hacia bien su trabajo.
Aunque al tocarla noto los hematomas que tenia y la aparto de golpe. No quería mercancía dañada. Vasos capilares rotos, por favor no.
La echó de la habitación mientras se iba dando quejas a su proxeneta quien era un gordo en mediana edad quien entro a la habitación donde se encontraba el joven millonario fumando al borde de la cama.
Necesitaba su dosis de nicotina para calmar su hambre. Seguramente drenaria hasta la ultima gota de sangre de su victima.
Odiaba ser esto. Ser un monstruo de verdad. No quería ser como Olivia, quería ser un malcriado solamente. No alguien que va quitando vidas para sobrevivir.
Solo quería humanidad.
Ya cuando el proxeneta hablo tratando de arreglar la situación le dijo que aun quedaban varias de las mujeres, unas rubias, unas morenas.
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