En otra parte de San Petersburgo, específicamente en un tren de camino a París yacía Vitya, Yuuri y Pichit abordó de éste iniciando un viaje no sólo a París sino hacia la verdad. Pichit le hacía caricias en la panza a Makkachin con su pluma mientras terminaba los pasajes falsos.
-El pulgoso se sienta en la ventana... No jueges con eso y siéntate bien recuerda que eres el Gran Príncipe.
-¿Como sabés tanto de los príncipes y de lo que deben hacer o no?
--Es mi obligación saberlo.
-Ahh.
-Oye Vitya solo quiero ayudarte sabes.
-Yuuri ¿Crees que soy de la realeza?
-Desde luego.
-Entonces deja de darme órdenes.
-Tiene un carácter complicado.
-Odio eso en las personas.
Pichit llevaba un hoja donde anotaba las veces que Vitya y Yuuri ganaban una discusión entre los dos y Vitya hiba muy por delante.
-Oye creo que empezamos mal.
-Estoy de acuerdo (decía Vitya sin apartar la mirada de su libro).
-Esta bien.
-Pero acepto tu disculpa.
-¿Disculpa? Quien se está disculpando... Solo dije que creo...
-Mira ya no digas más quieres, solo conseguirás disgustarme.
-Bien no hablaré, me callare si tú lo hacés.
-Bien me callare.
-Bien.
-Bien.
-Bien.
-¿La echaras de menos?
-Que, tu charla.
-¡No! Rusia.
-No.
-Pero, era tu hogar.
-Es un país donde viví. Hasta ahí.
-Entonces convertirás a París en tu hogar.
-¿Que obsesión tienes con los hogares?
-Bueno en primer lugar es algo que toda persona normal desea y en segundo lugar es algo que tu, tu ¡Agh olvídalo!
Pichit llegaba denuevo a su lugar y encontró a Vitya y Yuuri discutiendo.
-¡Que!
-Bien.
-Oooh que bueno que llegas retiralo de mi vista.
-Ahora que le hiciste.
--¡Que! Fué el.
-Agh que burda conversación.
Vitya salio de hay y se dirigió a otro vagón.
-¿Una inexplicable atracción?
-¡Atracción! Por ese niño malcriado. Estas demente.
-Solo fue una pequeña pregunta.
-¿Atracción? ¡Ridículo!
Los enviados por Georgi los alcanzaron y subieron a el tren y lo rodearon también, el único en percatarse de su presencia fue Makkachin quien les ladrón por la ventana pero su dueño y sus acompañantes estaban ocupados discutiendo como para percatarse de lo que ocurría fuera de el tren.
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EL ÚLTIMO DE LOS ROMANOV
Historia CortaUn mundo encantado... -El Zar de la Rusia imperial. La maldición de un brujo... -¡No descansare hasta ver como la dinastía de los Romanov acaba destrozada! Un joven principe (-¡Vikooor! -¡Abuela!) que desapareció sin dejar rastro. Uno de los may...