Capitulo 1: Una sombre inesperada.
Hoy, 22 de Diciembre, quedaba un día para mi cumpleaños y 3 para Navidad, pero en aquella prisión no había esperanzas de ver todo cubierto con luces o adornos, allí las personas eran frías y ninguna tenía ni una pizca de espíritu navideño. Mañana yo cumpliría por fin 16 años para así solo esperar dos más para ser mayor de edad y poder salir de este sitio. Con la “prisión” me refería al orfanato donde llevo desde los cinco años. En todo este tiempo nunca he podido salir de aquí, nunca he visto mundo, nunca he pisado la calle. Estoy en este lugar simplemente por una razón, no tengo familia. Mis padres me abandonaron con mi hermano pequeño que murió a los pocos días por mala higiene y una penosa alimentación. Una señora me acogió en su casa hasta que un día me metió aquí. Desde entonces solo conozco a las personas que están dentro del orfanato. Mi nombre es Alisson, Alisson Mcgrow Linson.
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Todo empezó esta mañana, cuando me levanté. Corrí las cortinas para que entrara la escasa luz del sol y me vestí con el horroroso uniforme que todos llevábamos. Constaba de:
Para las chicas, medias negras hasta las rodillas, unos zapatos grises que iban a juego con la falda que era también gris con cuadrados y tirantes para que los chicos no nos las bajaran y una camiseta blanca fúnebre.
Los chicos, en cambio, iban mucho mas tapados. Llevaban unos pantalones negros largos y las mismas camisetas y zapatos que nosotras.
Ya vestida y arreglada, cogí mi bandolera que tenía como mochila para meter los libros y metí todo lo que hoy me tocaría dar. Salí al pasillo mirando a los lados, cerré la puerta y metí la llave en uno de los bolsillos de la falda.
Iba caminando por los interminables pasillos cuando vi una sombra. Me extrañé, a esas horas todos deberían estar desayunando o en clase por lo tanto decidí perseguirla, y así lo hice. Doblé la esquina corriendo intentando averiguar de quién era aquella silueta pero, al girar, ya no había nada, la sombra había desaparecido. Decepcionada volví a las escaleras y comencé a bajar mirando de vez en cuando hacía atrás. Al llegar al gran comedor me senté donde siempre, había a mi lado un hueco vacío pero yo sabía perfectamente quien lo debía ocupar, y ese alguien estaba al llegar.
De pronto, por la puerta apareció una chica más bien alta, más o menos de mi misma estatura, con un piercing en la nariz y cinco pendientes en la oreja. Era mi mejor amiga, la única que tenía. Su nombre es Samantha Ronsulr Mirey. Simplemente esperé a que se sentase para contarle lo sucedido.
Llegó, se sentó a mi lado como esperaba y la empecé a agobiar con miles de palabras sin sentido.
-Ali, cálmate, ¿qué ocurre?- me dijo con una voz más dulce de lo normal.
-Verás, hoy al salir de nuestra habitación vi una sombra.-mi respiración paró por unos segundos antes de que yo continuara hablando pero me interrumpió.-
-¿Saliste a la misma hora de siempre?-ella todavía estaba tranquila.-
Asentí con la cabeza.
-Fue justo antes de torcer en la primera esquina, esa en la que pone: “Ver la luz es para muertos” la perseguí pero, escapó.-mi respiración empezaba a agitarse.-
-Tranquila, serán unas de esas imaginaciones tuyas.-dio un gran mordisco a la tostada.- Deberías dejar de leer cosas de misterio y asesinatos, te trastorna.
-Te lo estoy diciendo en serio, la vi.-la miré algo preocupada.-
-Alisson yo no te digo que no la hayas visto, te digo que eres tú la que lo ha inventado.-suspiró- de todas formas una sombra es de alguien, debería haber alguna persona andando por allí.
-Pues como no sea una de las señoras que limpian… Me dirás.-baje la cabeza y la miré de nuevo convencida.- Pero esa gente no puede correr ya, están muy mayores y aquella silueta echo a correr antes de desaparecer.
-Lo que decía. Anda haz el favor de dejar de leer de esas cosas y vamos a clase. -cogió mi mano apartando los platos y salimos de la gran sala.-
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16 Sombras de Media Noche.
HorrorAlisson Mcgrow, una chica de 15 años que lleva desde pequeña en un orfanato. Nunca había ocurrido nada extraño pero este año, en el que celebraria su décimo sexto cumpleaños, empezaran a ocurrir cosas realmente extrañas que nadie hubiese imaginado.