El candente y húmedo aire de la costa de Veracruz..hacia desfallecer a la mayoría de los pasajeros que llegaban en los barcos que desde las lejanas y frías tierras de europa se aventuraban a una nueva vida, a tierras desconocidas, climas e idiomas ajenos a ellos...algunos solos otros con sus acompañantes pero todos parecían d desfalleser al empezar a sentir el cambio de clima y el constante vaiven del barco...comerciantes. aventureros., Religiosos con la idea de ayudar en la convercion de los indios...etc......entre tanto pasajero, había dos mujeres..de la alta sociedad según su apariencia y tipo de hospedaje en el que venían..inglesas..su piel blanca como la nieve, sus vestidos de telas con brocados y cuellos almidonados.....una parecía la dama de compañía y la otra...la dama...la señorita..la hija de alguien que la esperaba de seguro anhelante mente en el puerto, la manera de sentarse, de hablar, sus peinados y su reserba y apartamiento de la demás tripulación y pasajeros... señalaba claramente, educación, categoría y porsupuesto mejor nivel económico. Los moscos habian llegado ya a alimentarse de los infortunados pasajeros y la cercanía a la costa hacía más fuerte el calor y ahogo pegajoso.
Pronto desean oír la voz del capitán que indicara que estaban listos para desembarcar y terminar con ese tormento, la nieva vida desde el clima, alimentos y costumbres serían un cambio drástico para la señorita Katherine clutier, quien ese encontraría con sus padres después de ser dejada en las escuelas para niñas ricas de Cambridge en Inglaterra, desde los cuatro años, algunas visitas, algunas cartas o regalos acercaban a sus progenitores que en realidad desconocía totalmente, sus 16 salía porfin de aquel hambiente frío, lúgubre y estirado en el que se crió como toda una señorita de la alta sociedad, hija única sus padres en vez de mantenerla junto a ellos optaron por una preparación en artes, cultura, protocolos de etiqueta y buenas costumbres. 1900 era un año de descubrimientos y máquinas milagrosas que con su cuchicheo sacaban el trabajo de diez. Veinte personas en un mínimo de tiempo, ya habían llegado a América esas máquinas tan costosas pero tan eficaces en la elaboración de textiles, los empresarios on dueños de ellas eran extranjeros que se aventuraron en la invitación del presidente de México don Porfirio Díaz para sembrar en nuestro país un futuro mejor y lleno de nuevas oportunidades, claro para ellos y para aumento de sus fortunas familiares porque había que venir con dinero, franceses, ingleses y algunos alemanes ya estaban en tierras nacionales beneficiados también y bien recibidos por la alta alcurnia mexiquense, Veracruz era el sitio ideal..cerca del puerto,de la capital, abundante agua, transporte y mano de obra barata ya que la ciudad estaba llena de indigenas que bajaban a la ciudad a buscar mejor oportunidades, así llegó don Simón clutier, su esposa doña wendoline datford y su séquito de sirvientes personales, la casa de techos altos instalada en el área de nogales arcos abiertos y jardines bien cuidados la adquirieron con la ayuda de un mediador, la zona exacta dónde también habían comprado algunas hectáreas para instalar su fábrica textilera y los galerones que ya estaban listos para comenzar a su atrivo, sol desenvolver las máquinas que llegaron embaladas con mucho cuidado, su hija única no podría viajar con ellos por la edad decidieron ellos, además que estarían entregados a levantar aquel negocio y poco tiempo tendrían para educar y atender a la pequeña, a quien dejaron en una muy buena escuela en su natal Inglaterra, ya llegaría el tiempo de abrazarla y darle el cariño que se le privó por causa del bien familiar, con esos pensamientos se consolaba constantemente wendoline..así había llegado porfin el día anhelado..tarde o temprano bajaría de aquel barco su pequeña Katerine a quien conocía ya solo por fotos ya que a sus 16 debía haber cambiado mucho..