Hubo un muchacho sincero, de corazón verdadero, de los que sienten primero antes de admirar la piel, buscaba amor verdadero, ningún amor pasajero y aunque ella aún era un sueño, incluso ya le era fiel. Idealizó a una chica perfecta, de aquellas que no habitan este planeta, en su interior había tan sólo inocencia, no tenía idea que aquí no hallaría nobleza, creía que con el tiempo vendría la correcta, que sólo era cuestión de tener paciencia y mantener en sí toda la fortaleza, pues su desolación golpeaba con fuerza.