Eventualmente el chico sintió gran atracción por una que otra chica que a su vida llegó, pero su introversión ahogaba palabras que él deseaba hablar para mostrar que amaba como nadie amó. Yo no podría explicar todo el dolor que soportó cuando miró que a quien amó no buscaba nada de amor, él quería afecto y ella sólo diversión, ¿de qué servía un buen corazón si nadie requería su amor? Se partió en dos su corazón cuando miraba a aquellas chicas que admiraban y deseaban al canalla, al chico malo que siempre las lastimaba, al popular que tenía a todas las chicas enamoradas. Entonces dijo estas palabras su voz: ¡Maldito mundo que no albergas mi ideal del amor, maldita farsa que nos venden los libros de ficción. Nadie merece mi amor, basta de sentir dolor por siempre!.