No puedo seguir así, encerrada en mi cuarto llorando la pérdida de mi padre, sólo salgo a la universidad, comer y regreso a mi cuarto, he estado así por una semana, mi madre se ha distanciado un poco de nosotros, y lo entiendo, perder a tu esposo, a tu alma gemela, es muy duro.
Luego de una aburrida clase de universidad y de estudiar matemáticas, camino hasta mi casa, mi amiga Fabiana se despide de mi ya que su casa queda cerca de la mía, anteriormente mi padre era el que me llevaba y traía de la universidad, ya no tengo ese privilegio, al abrir la puerta de mi casa un olor extraño invade mis fosas nasales, ¿Cloro?, pero el piso no está mojado ni nada por el estilo, puede ser producto de mi imaginación, mi hermano estaba trabajando en el antiguo puesto de mi padre, y mi madre.... ¡Mi madre!, corro con todas mis fuerzas hasta la habitación de mi madre, no estaba allí, reviso en todos las habitaciones y ella no se encuentra en ninguna...
"Mamá ¿Donde estás?".- Pregunto un tanto alterada, no es normal que ella no me recibiera cuando llegué, una vez oí que si una mujer queda viuda luego de un tiempo cae en depresión. No obtengo respuesta.
Voy a la cocina, ella siempre está cocinando, si, ella debe estar allí...
Vacío, ¿Donde estará?, saco mi celular, ninguna llamada, debería llamarla... un tono, dos tonos, suena la música de su tlf, cuelgo. Voy al cuarto de servicio, hay agua en el piso y es pegostoso, enciendo la luz y suelto un grito, mi mamá estaba tirada en el piso con una botella de cloro en la mano.
"MAMA!"- Me pongo nerviosa e intento levantarla, no puedo, le doy unas suaves palmadas en su mejilla derecha, no responde, estoy temblando no puedo creer esto, pongo las manos en mi cabeza y las lágrimas salen de mis ojos como unas cataratas.- "No puedes mamá, no".- Coloco mi oido en su pecho, no escucho sus latidos, siento la tensión en mi cuello, agarro su mano y le tomo el pulso, un golpesito, dos golpesitos; suspiro, está consiente, tengo que llamar a una ambulancia.
***
Escuchaba el sonido de la máquina, tomaba fuerte la delicada mano de mi mamá, le hicieron un lavado de estómago, los doctores me felicitaron ya que si hubiera tardado más tiempo ella estaría muerta en este momento, mi hermano no tardó ni 15 minutos en llegar al hospital, mi madre descansaba, aún así se podía ver el dolor por el que estaba pasando, la depresión es algo que no se debe tomar a la ligera, prometí no dejarla sola en ningún momento, no quisiera perderá a ella también.
"¿Cómo pasó esto?.".- Diego pregunta al ver a nuestra madre en ese estado.
"Llegué a casa y la encontré en el piso...".- Cerré los ojos con fuerza.
Se formó un silencio, únicamente escuchábamos el sonido de la máquina que le daba oxígeno a mi madre.
"¿Hicimos algo mal?.".- Él pregunta después de unos minutos, colocó sus codos en sus rodillas.
"No... Ella solo quería terminar con su dolor...".- Respondí viendo algún punto en la habitación, aún sin soltar su mano.
"No nos puede dejar ella también.".- Se queja.-"No puede ser tan egoísta".- Negaba con su cabeza, estaba molesto.
"Hay que entenderla."
"No.".- Suspira.-"Es nuestra madre, y debe entender que nosotros sufrimos igual.".- Hice un mueca con mi boca, pienso que cada dolor es diferente, probablemente él se sienta decepcionado.-"No puede tomar el camino fácil.".- Él se levanta y va hacia la puerta.
"¿A donde vas?."
"A trabajar, no puedo perder el tiempo, tengo la responsabilidad de mantenerlas.".- Sin verme sale de la habitación, me hace sentir mal, sin darme cuenta las lágrimas salían de mis ojos.
Retiro mis lágrimas con el puñal de mi suéter, suelto la mano de mi mamá.
"No puedo obligarte a quedarte con nosotros, sé que sufres, pienso que yo haría lo mismo si perdiera a mi alma gemela, pero...".- Sorbo mi nariz, seguía llorando.-"Pero si te vas... No sé que voy a hacer...".- Solté un sollozo y lloré.
***
"Otro escalón y terminamos, tu puedes".- Mi hermano anima a nuestra madre a subir el último escalón para finalmente llevarla a su habitación, después de 15 días la dieron de alta. Ella se apoyaba con mi hermano y yo estaba detrás de ellos para asegurarme de que ella no iba a caer.
"Muy bien".- Sonreí al ver que ella daba el último paso para luego acostarse.
"Listo.".- Hablaba con un hilo de voz, probablemente el cloro habría dañado un poco sus cuerdas vocales.
"Voy a trabajar, por favor no cometas locuras".- Mi hermano advirtió a nuestra madre, ella solo bajó la mirada, se sentía mal.
"Sabes... Yo te entiendo madre.".- Me senté a su lado.
"No... Lo que hice estuvo... Mal...".- Cerro sus ojos, le costaba hablar.
"Madre, no sé si me escuchaste, pero solo...".- Mordí mi labio inferior, ella me veía atenta.-"Creo que él quiere que sigas adelante...".- Ella volvió a ver al techo.
"Siento que sigue aquí.".- Soltó luego de unos segundos.-"Me pide a gritos que esté con él.".- Apreté mi mandíbula.
"Creo que es buena idea seguir los consejos del doctor... Tienes que ir a un psicólogo... Todos nosotros tenemos que ir.".- Corregí.
"No hace falta.".- Cerró sus ojos haciéndose la dormida, esa era su forma de terminar las conversaciones que no quería alargar. Salí de su habitación, tengo que estudiar, las pruebas se acercan y yo apesto en matemáticas.
Mi teléfono suena, fabiana me llama.
"Fabi".
"Kat ¿Como estás?".- Se notaba preocupada.-"Escuché que tu mamá estaba de regreso..."
"Si, ya la dieron de alta".- Pude escuchar un suspiro de su parte.
"Me alegra mucho, y ¿Tú como estas?."- Volvió a preguntar, ella suele ser muy insistente.
"No lo sé, no he tenido tiempo de pensar en mi... Todo es un caos".- Siempre puedo desahogarme con ella
"El tiempo va a curar todo amiga."
"Eso espero"
"Oye tengo que colgar, mi perro hizo un desastre y mis padres quieren matarlo, tengo que defenderlo, pero si necesitas ayuda, sabes que cuentas conmigo".-Sonreí
"Gracias Fabi".- Ella colgó.
***
"Bien estudiantes, nos veremos la próxima semana".- Se despidió el profesor de historia y yo coloco mis libros en mi bolso para luego salir, pero alguien me impide salir tomando mi mano.
"¿Eres buena en historia Kate?".- Me preguntó el chico de cabello castaño claro y ojos marrones, su nombre es Jeffrey pero todos le dicen Jeff.
"Ehh... Se puede decir que si.".- Dije algo nerviosa, el chico me sonríe.
"Necesito tu ayuda, ¿Puedes? .".- Agarra mi mano y camina yo protesto.
"N-no puedo.".- Él se detiene y me mira confundido.-"Tengo que ir a mi casa.".- No podía dejar a mi madre sola, y menos en estos momentos.
"¿Puedo ir a tu casa?.".- ¿Este chico no tiene vergüenza?.-"Si no es problema claro, es que estoy apunto de reprobar la materia y no quiero volver a ver la cara de ese estúpido profesor.".- Suplicaba con la mirada.
"Creo que hay otras personas que te pueden ayudar".- Le dedique una sonrisa.
"Tienes el promedio más alto en historia, sería un idiota al no pedirte ayuda."
"Yo..."
"Vamos Kat, no causaré problemas si eso es lo que te preocupa".- Él es uno de esos chicos que se sientan en la parte de atrás de los salones de clases, tiene su grupo de amigos y de ves en cuando lo he visto beber y fumar en las afueras de la universidad, no era malo, pero sus amigos me daban miedo.
"Bueno... Pero solo por esta vez.".- Acepté y caminamos juntos hasta mi casa, de vez en cuando el me hacía soltar una que otra risa con sus ocurrencias, creo que empiezo a alegrarme, por fin tendría un amigo.
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Secrets (Jeff & Kate)
Ficção Adolescente¿Lo que le atrae de él? Su misterio ¿Lo que le atrae de ella? Si inocencia ¿Lo que les atrae a los dos? Sus secretos