Tu y yo

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La boda es preciosa. Realmente lo es, aunque haya decenas de motivos de Star Wars por todas partes y los invitados estén recibiendo pequeños sables láser como recordatorio. ¿Cómo mi hermana accedió a esto? 

No es hasta que llega la noche que me doy cuenta de que, a partir de esta misma noche, el apartamento que llevo años compartiendo con mi hermana pasa a quedarse vacío. Sólo estaré yo. Si, me visitará ocasionalmente y Jace tarde o temprano acabará quedándose mas noches de las que pasará en su propia casa... pero no será lo mismo. 

Despido a Izzy y a su gran maleta en la puerta y de pronto todo el piso cae sobre mi. -¿Por qué lo escogimos tan grande, Iz?- salgo al balcón, agobiado. Necesito algo de aire y el frío de la noche me golpea con fuerza, pero no me importa. Me apoyo contra la barandilla, cerrando los ojos con fuerza, algunos restos de champagne todavía corriendo por mi sistema. 

-¡Eh, sexy!...¿qué haces ahí con este frío? -Abro los ojos de golpe, mi cerebro está jugandome una mala pasada. O eso creo hasta que lo veo, sus huellas dejando marca a través de toda la calle, la capa de nieve tan fina todavía que  el asfalto se ve bajo sus pisadas. 

Todo él viste de negro, unos pantalones ajustados y una camisa simple, un largo abrigo de paño negro cubriendolo del cuello a las rodillas... y los copos de nieve arremolinandose en su cabello rebelde, haciéndolo ver increíblemente atractivo. O quizá sea esa maldita sonrisa que adorna sus labios cuando se oye el desbloqueo de la puerta. Quizá el apartamento no se quede tan vacío al fin y al cabo.


El brujo del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora