El brujo del amor

¿Jugamos?

-¿Con qué te gusta divertirte, Alexander?

Puedo notar el sonrojo subir hasta mis orejas, pero tomo una decidida respiración interna antes de mirarlo. Esos ojos completamente hipnóticos, esos rasgos tan masculinos y al mismo tiempo tan bellos. - Prefiero la carne al plástico, me temo. - Y si, hago uso de todo mi descaro y recorro su cuerpo de los pies a la cabeza con la mirada, fijando mis ojos en los suyos justo después. 

-Un hombre que sabe lo que quiere... me gusta. -Y ahi está, esa maldita sonrisa que hace que mis piernas tiemblen. Antes de que pueda decir nada mas, él se ha puesto en pie, volviendo su atención a las chicas que siguen cotilleando los coloridos objetos de su maleta. 

Tomo un momento para bajar de mi nube de excitación, desviando la vista del hombre que charla amistosamente con mi hermana y sus amigas. No puedo tener esta clase de calentones, ¡se supone que soy el responsable! 

Una hora mas tarde, las chicas invitando a Magnus a seguir la noche con nosotras mientras salimos de su casa y yo parezco simplemente un adolescente hormonado. Pero es que nunca había visto a nadie que me causase tal atracción.