No sabía cuanto amaba tu sonrisa, hasta ahora que no puedo verla más.
No sabía cuanto amaba el sonido de tu risa, hasta que dejé de escucharla.
No sabía como apreciar la pureza de tu voz, hasta que de un día para el otro, se me hizo imposible escucharte más.
Te fuiste sin un adiós claro y me pediste que te deje ir, pero ¿cómo? no es fácil soltarte no puedo dejarte ir. Te despediste a diario pero no pude entender tu adiós.
Dejaste una carta en la que decías que realmente fue duro, que necesitabas descansar. Tu felicidad se esfumaba cada día y yo no pude hacer nada al respecto, lo siento.
Ahora veo tus fotografías y escucho tus viejas canciones, aunque lo intento no puedo retener mis lagrimas que acuden de inmediato como reacción al dolor del corazón.
El nudo en mi garganta no desaparece desde aquel día gris, la opresión en mi estómago está presente cada segundo y mi corazón que duele como el infierno; hacen cada día más difícil que el anterior.
¿Eres feliz ahora? si lo eres entonces te dejaré ir.
¿Puedes descansar ahí? si lo haces entonces diré adiós.
Aunque no tenga mucho sentido ahora diré las palabras que tanto quisiste escuchar...
LO HICISTE BIEN, TRABAJASTE DURO HOY. TE AMO.
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MIEDOS Y UN POCO MÁS
De TodoLa única descripción adecuada que le encuentro es que este escrito se limitará a ser una serie de pensamientos de la vida cotidiana y situaciones en las que como ser humano muchas veces me encuentro... espero que les agrade .)