CAPÍTULO 3

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Canción sugerida: Circus Fantasy by James Newton Howard
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La dimensión desconocida era un revoltijo de colores pastel, esa era la mejor descripción que pude dar.

No sé que estaba esperando que pareciera la habitación de un vampiro, quizás montones de negro y un sensible retrato del único humano que el vampiro había alguna vez amado, quien sin duda murió de algo bonito y trágico, así condenando al vampiro a una eternidad de estar deprimido y suspirar románticamente.

¿Qué puedo decir? Leo muchos libros.

Era más grande de lo que esperaba, pero todavía pequeña. Había suficiente habitación para dos camas gemelas, dos escritorios, dos cómodas, y un abollado sofá. Las cortinas eran de tela color beige, pero Dinah había enroscado una bufanda color azul pastel sobre la varilla de las cortinas. Entre los dos escritorios estaba uno de esos biombos, pero incluso esto llevaba el sello de Dinah, cuando la madera había sido pintada de, lo adivinaste: algo color pastel. La parte de arriba del biombo estaba cubierta con luces de navidad. La cama de Dinah estaba cubierta de lo que parecía ser piel de peluche.

-Alucinante, ¿verdad?- pregunto Dinah después que vió que examinaba toda la decoración.

-Yo no sabía que existieran tantos colores pastel.

Denna se tiró sobre la cama, derribando dos almohadas de lentejuelas y un león de peluche.

—Y estos son pocos colores.

—Son..lindos —sonreí mientras tiraba mi maleta sobre la cama, la cual parecía tan simple, tan simple como yo al lado de Dinah.

—Así que, ¿a tu antigua compañera de cuarto también le gustaban estos colores?

La cara de Dinah se congeló por una fracción de segundo. Luego la extraña mirada se fue, y estaba apoyándose en la cama para recoger sus almohadas y el león.

—No, Holly tan sólo pegaba con las cosas azules que te dan si no traes las tuyas. Traes las tuyas, ¿verdad?

Abrí mi maleta y saqué la esquina de mi colcha verde menta. Jenna miró un poco decepcionada, pero suspiró.

—Bueno, es mejor que el azul reglamentario. Así que… —se dejó caer a la cama y empezó a ver alrededor de su mesilla de noche—. ¿Qué te trae a The Lorge, Camila Beaumont?

Me eché sobre mi cama, intentando imitar el aire de indiferencia de Dinah, pero resulta que es realmente difícil hacerlo en un colchón desnudo, así que me siento y empiezo a sacar cosas de mi maleta.

—Hice un hechizo de amor para una chica de mi clase y  fue mal.

—¿No funcionó?

—Funcionó demasiado bien —le di la versión corta del episodio Lenny/Doreen.

—Maldición —dijo, negando con la cabeza—. Eso es muy fuerte.

—Aparentemente —dije—. Así que eres una vampiresa. ¿Cómo pasó exactamente?

Sus ojos no se encontraban con los míos, pero su tono era casual.

—De la misma manera que pasa a todo el mundo; conocí a un vampiro, fui mordida. No es realmente tan interesante.

No podía culparla por no querer compartir su historia entera con alguien a quien sólo conocía desde hace quince minutos.

—Así que tu madre es normal, ¿eh? —preguntó.

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