¿suicidio o venganza? *detenida*

Capítulo III

¿Quién es?, intento hacer un esfuerzo pero no recuerdo quien es el chico. Tal vez es del instituto... Pero ¿por qué se asustó cuando me vio?.

Estoy sola en casa, así que me hago un sandwich de mermelada y subo a mi habitación.

   Mi habitación es blanca, pero todas las paredes están casi completamente tapizadas de fotos e imágenes en general. No recordaba mucho al principio y decidí pegar fotografías de mis amigos y yo, de mi familia e incluso de las mascotas que he tenido. En una de las paredes tengo también una pizarra de corcho, donde pegé un mapa de la ciudad y marqué puntos de referencia importantes como: el hospital, el instituto y la biblioteca municipal. Ahora está marcada también la cafetería a la que fui con mis amigos.

   Me siento en la cama y le doy un mordisco a mi sandwich mientras pienso en el chico misterioso. Reviso las fotos en mis paredes, pero él no aparece en ellas.

   Termino de comer e inteto recordar el accidente, pero no puedo. Mi último recuerdo antes del accidente es haber estado con Alex y Lu en casa de Alex ayudándola a elegir ropa. ¿Para qué?, no lo recuerdo. Si tan sólo pudiera buscar información en alguna parte (no quiero seguir preguntándole a mis amigos, algún día se aburrirán de responder). ¡Pero claro!, puedo averiguar sobre el accidente en internet. Voy a mi armario y lo abro, meto la mano hasta el fondo detrás de la ropa y tomo mi notebook.

  Vuelvo a mi cama, arreglo los cojines, me acomodo con el aparato sobre mis piernas y apreto el botón de encendido. Pero no prende. Intento una y otra vez pero nada sucede. Tal vez sólo le falta batería. Revuelvo mi armario y encuentro el cable dentro del bolso que uso para el notebook. Lo conecto e intento prnderlo de nuevo. Nada. Maldigo en voz baja y guardo todo dentro del bolso. Tendré que ir a un ciber.

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   Afuera está agradable, una suave brisa de verano agita mi pelo y mueve mi vestido. Me he cambiado antes de salir y he dejado una nota sobre la mesa de la cocina por si mis padres o mi hermana llegan antes que yo.

   Camino varias cuadras y llego a un ciber-café, verde que tiene los horarios de atención pegados en la puerta, junto con una pequeño cartel que dice “CERRADO POR DUELO”. Pateo el suelo y busco con la mirada otro local como este, pero no hay. Puede que la bibioteca esté abierta, me digo, y camino en dirección a la plaza.

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Frente a la plaza, en una esquina está la biblioteca municipal. Es un edificio grande y antiguo de color beige con detalles dorados.

Subo las escaleras y entro a un gran salón lleno de libreros y con una mesa en el centro, donde una señora (de unos setenta años), está sentada leyendo un libro casi tan viejo como ella. Me acerco a la mesa y le hablo.

—Buenas tardes... —la mujer no responde— Disculpe señora —digo un poco más fuerte y ella deja su libro para mirarme desde unos lentes con marco grueso.

—Buenas tardes señorita. La he escuchado la primera vez, pero quería terminar la página. ¿Qué quiere?

—Quisiera saber si hay computadores aquí — sé que si hay, pero no sé donde.

—Están por allá —dice indicando con un dedo arrugado.

—Muchas gracias. ¿Necesito darle mi carnet o algo?

—No —gruñe, tomando su libro de nuevo.

—Está bien, gracias.

Me dirigo a el lugar que me indicó la bibliotecaria y encuentro cinco computadores, bastante pasados de moda, sobre una mesa larga, que está pegada a la pared. Me pregunto si tendrán conexión a internet.

Prendo el primero y me siento frente a él. Mientras prende miro alrededor, está todo demasiado tranquilo, incluso para ser una biblioteca.

La pantalla del computador prende y tomo el mouse para pinchar el ícono de internet. Luego de un minuto, aparece la página principal y busco: Accidente de auto, agosto 2013. El computador suena un poco y aparecen los resultados de búsqueda. Son muchos. Reviso algunos, pero ninguno tiene la descripción del mío. Sigo bajando y encuentro uno que dice “Joven choca su auto contra una señal de pare y pierde la memoria”. Este debe ser. Lo pincho y aparece la página de un diario online.

Leo la noticia pero no hay nada que no sepa: Choqué en mi auto contra un poste y perdí la memoria.

De pronto veo algo interesante: “Se presume que la adolescente iba conduciendo a ver a su novio, que se encontraba enfermo y sin sus padres en su casa.”, más abajo veo además: “La joven venía saliendo de una fiesta y aún se investigan las causas de accidente, pues no tenía alcohol en la sangre, según los resultados de los exámenes que le realizaron.”

Así que en resumen yo no era una borracha que no sabía que estaba haciendo. Era bueno saberlo.

Cierro la página del diario y espero a que el computador se apage cuando escucho una voz.

—Hace mucho que no te veía, ¿que haces aquí? —una mujer habla detrás mío con una voz venenosa. Me doy vuelta.

—Yo... Vivo aquí... —estúpida, estúpida, ¿qué había dicho?— Bueno, no aquí en la biblioteca, es sólo que necesitaba un computador... ¿Quién eres por cierto?

—¡¿No me recuerdas?! —oh, su voz, que chillona.— Soy a la que le robaste el novio. Él me quería, ¿sabes? Y probablemente más que a ti.

—¿Yo hice qué? —no entendía nada.

—No te hagas la mosquita muerta porque perderé el control.

—Tranquila. Es que enserio no te recuerdo. Tal vez te equivocaste de chica —dicho esto me levanté y pasé por su lado en dirección a la puerta.

—¡No te vayas!

—¡Hey!, hay más gente aquí —escucho decir a un chico. —Sí, intentamos leer —apoya alguien más.

Salgo de la biblioteca, luego de decirle adiós a la bibliotecaria, y camino rápidamente a una parada de taxis. No quiero encontrarme con nadie más por ahora.

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¡¡¡Hola!!!, ¿cómo están? y ¿qué les pareció el capítulo?... Hay una nueva persona misteriosa y probablemente aparezcan otros así más adelante. Espero que estén entendiendo lo que pasó la noche del accidente.

¡¡¡Adiós y muchos besitos de pez!!!