Capítulo 2 Lucan

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-Nunca vas a ganarme Cailyn, admítelo.

Le aparté la espada del cuello y la ayudé a levantarse.

-En espada sí, pero en vuelo no puedes superarme.

-Si tuviera unas alas negras como tú también lo haría.

-Pero no las tienes, así que nunca se sabrá.

Una criada, bastante vieja y canosa, apareció de repente haciéndose paso por el jardín.

-¡Shinigami Cailyn! ¡Shinigami Cailyn!

Te juro que pensaba que le iba a dar algo del cansancio que llevaba encima, solo falta que se nos muera la criada.

-Su madre la llama, es hora de volver.

-Tendremos que dejar los duelos para otro día –dijo envainando su espada-.

Yo la imité envainando la mía.

-Te acompaño.

Nada más llegamos al lugar vi que mi padre se estaba despidiendo de la madre de mi amiga. El carruaje para que marchara estaba listo y el tiempo de despedida era escaso. Su madre subió, pensaba que haría lo mismo, pero decidió girarse para darme un abrazo.

-Estoy deseando verte esta noche en el baile de las Eras.

-Claro, allí nos veremos.

Acto seguido se subió ella también y el chofer, (que, por cierto, el bigote que llevaba me daba risa, ya te contaré algún día esa historia), puso rumbo a la mansión de sus amas. Esta noche sería una larga noche, pero hasta entonces...

-Yo, Lucan Walker, hijo de Nikolai y Seraphina Walker, guar... No, así no. Otra vez. Yo...

Odio cuanto me interrumpen y esta vez, el escuchar la puerta abrirse, no era una excepción.

-¿Está volviendo a repasar su discurso? –Dijo Amanda, mi criada-.

-No puedo fallar.

-No se preocupe, solo son unas cuantas palabras.

-Pero esas palabras representan todo esto –dije señalándome-.

-Nosotros no somos nuestros ancestros.

-Pero llevo el linaje de los Guardianes en mi sangre, no puedo ponerlos en ridículo.

-Y no lo harás, seguro que te sale bien. Venga, prueba a decírmelo a mí.

Respiré hondo y actué. ¿Qué otra opción tenía?

-Yo, Lucan Walker, hijo de Nikolai y Seraphina Walker, del linaje de los Guardianes que custodian las puertas de la muerte, doy por inaugurado este baile.

-Te ha salido bastante bien, no deberías darle más vueltas a la cabeza.

Mientras me hablaba ponía la ropa lavada en el armario y cuando terminó simplemente abrió la puerta y se largó.

Resoplé.

-Que genial es ser un Walker.

Espero que hayas notado la ironía en mis palabras, pero parece ser que alguien no lo hizo, pues nada más salí de mi cuarto y terminé de decir tales palabras, mi padre se presentó en el pasillo como si hubiera sido cosa del destino, ahora entenderás porque te digo esto.

-¿Nervioso?

-Bastante.

-Lo harás bien, eres un Walker, eso de hablar ante tanta gente lo llevamos en la sangre.

-¿Seguro que quieres que lo inaugure yo? Siempre lo has hecho tú.

-Claro que estoy seguro, ¿Qué clase de padre sería si no confiara en mi hijo? Además, ya has cumplido la mayoría de edad y estás listo para recibir las llaves.

Me quedé sin palabras, no considero que sea el mejor momento para hablar.

-No pasará nada, tranquilízate.

Después de eso me dio una palmada en la espalda y siguió a lo suyo, como diciendo: "Tienes una gran presión encima pero es lo que toca".

-Absurdo... -dije para mí mismo-.

Bajé las escaleras, quería salir a tomar un poco el aire, pero mi querida Amanda me estropeó mi momento perfecto, otra vez.

-¡Señorito Lucan! Que bien que le encuentro, ya ha llegado su traje, ¿quiere probárselo?

-Prefiero hacerlo cuando sea el baile, no quiero llevarme sorpresas.

-Como desee.

Al fin salí, me siento libre, por lo menos durante un rato. Volví al lugar del jardín donde estaba entrenando con Cailyn, cerca había unas dianas junto a arcos y flechas para practicar, cogí uno, lo tensé, disparé, y, como no, acerté. No es por darme ningún tipo de mérito ni nada, pero soy el mejor guerrero de la zona, sé manejar cualquier tipo de arma, pero está justificado, al fin y al cabo, voy a ser el guardián de las llaves, sí, las mismas que abren las puertas de la muerte, aquellas que llevan a diferentes mundos de muertos.

-Ojalá ser un guardián me convirtiera en un dios.

HelheimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora