»Tres«

566 53 8
                                    

Mientras el tiempo trascurría la joven mantenía su vista fija en sus dedos, sacando lentamente una cuenta en su cabeza. Recordaba fechas y hacia memoria para comprender un poco mejor su situación actual. Ahora su herida estaba vendada y ella enfundada en una sudadera gris que le quedaba bastante grande. Kousuke no apartaba su mirada de ella, paciente. Mientras sentado al otro extremo del sillón lo mas alejado posible de ella Eric le miraba de reojo.

— Veinte —susurro segura. Fujishima se sorprendió al comprender que la joven se había equivocado anteriormente solo por un dígito—, esa es mi edad.

Después de hacer memoria era fácil recordar todo aquello. Después de todo, para un niño era difícil olvidar esa fecha y ella en la oscuridad de su celda siempre había celebrado su cumpleaños sola. Hacia pequeñas rayas en la pared con una piedra para llevar la cuenta de los días, meses y años. Sin embargo perdió la noción de todo después de los dieciséis cuando perdió la esperanza de marcharse de aquel lugar.

Además de eso solo recordaba su nombre, que tenia padres y su historia. Una no tan complicada que termino por relatar al hombre que le había ayudado; En donde el antiguo rey azul le puso en cautiverio tras decidir que su poder era peligroso y que ella también lo era al no tener control de sus habilidades. Incluso tras cambiar de rey parecía ser que el clan azul aun pensaba mantenerle encerrada. Sus habilidades también las recordaba, ellas habían sido su única compañía.

— ¿Donde estoy? — Esa era posiblemente la pregunta mas sensata que había hecho desde que llego a un lugar desconocido. Había muchas personas en ese lugar que incluso si no veía sabía que estaban allí.  Pero había otros que se hacían notar, como ese chico bajo y castaño que parecía no estar a gusto con su presencia pero que sin embargo se mantenía atento a ella desde la lejanía. También estaba ese otro que le grababa sentado desde la barra y que no parecía apenado por eso.

— Homra

Ella parpadeo y entonces sonrió levemente. Le parecía un poco divertido que estuviese en el lugar que constantemente mencionaban los guardias de Scepter 4. Incluso en su celda ella era capaz de escuchar sus quejas y discusiones además de algunas anécdotas sobre ese famoso y temible clan lleno de vándalos sanguinarios gobernando por un aterrador rey. Parecía ser que solo eran eso, rumores. Ellos parecían ser personas agradables y no pasaba por alto que uno de ellos le había ayudado.

Respecto a su rey, estaba segura de que se trataba de aquel hombre de cabello rojo. Era cierto que poseía un aura imponente que hacia temblar, pero fuera de eso parecía ser alguien pacífico que simplemente atacaba si era irritado o cuando era necesario. Tal cual como un león salvaje. Ella en ese lugar estaba relajada y no sentía que tuviese que estar a la defensivo o atenta a los movimientos de todos.

— ¿Por que te consideran peligrosa?

Kusanagi se acerco a ella y le observo atento. Era cierto que algunos Strain resultaban ser bastante peligroso y que tenían poderes que podían compararse a los de un rey. Pero esa chica en particular no parecía nada peligrosa, de hecho le producía la misma sensación que la pequeña Anna. Los puros ojos rosas de la joven se mantuvieron fijos en los del rubio, con una expresión sumamente tranquila. Ella podía percibirlo, lo que estaba pensando aquel hombre sobre ella y le parecía divertidamente agradable. Después de todo una persona como el debería saber mejor que nadie que no debían juzgar por las apariencias.

Ania sonrió suavemente mientras miraba a su alrededor. Entonces nuevamente regreso su atención a Izumo y abrió su boca. — ¿Tiene papel y lápiz aqui?

Para el rubio aquella pregunta fue extraña. Sin embargo asintió para darse la vuelta en busca de las cosas mencionadas. Kousuke observo a la joven con tranquilidad, pensando que quizás formulo esa pregunta para no responder la que había hecho Kusanagi. No obstante cuando el rubio regreso y le extendió el papel y lápiz la joven castaña les hizo una señal para que no se marcasen.

Los miembros que estaban mas alejados agudizaron su mirada con curiosidad al verle trazar lineas en la hoja blanca. Quizás en otra ocasión se hubiesen aburrido y retirados medida que pasaban los minutos, pero la curiosidad y expectación que sentían era mas fuerte que todo eso. Es por eso que cuando la joven finalmente dejo de lado el lápiz y observaron con fascinación el perfecto dibujo de una rosas pensaron que quizás había válido la pena. — Este es mi poder.

Ellos no habían entendido al comienzo sus palabras, pensando que se trataba de una broma. Pero en cuanto la joven indio sus manos en la hoja y saco una verdadera rosa dejando en blanco la hoja supieron que realmente hablaba en serio. Era una sorpresa ver la suave sonrisa de la joven mientras entendía hacia el frente la rosa permitiendo que el mirasen.

— Cualquier cosa. Puedo hacer que mis dibujos cobren vida sin importar que cosa sea y hacer que me obedezcan. Pude ser del tamaño que yo imagine, solo basta con usar mis manos y mi cabeza.

Y lo comprendieron, porque podía ser un poder sutil como uno mortal. Porque podía crear algo tan delicado y hermoso como una rosa hasta algo mortal como un peligroso tigre. Kusanagi sonrió levemente mientras tomaba la rosa en su mano y dejaba palmaditas en la cabeza de la chica con la otra. Izumo ahora era consiente del porque había sido puesta en cautiverio aquella joven. Era un poder que quizás no podían comprender pues no sabían su limite o siquiera si realmente tenía uno. Y como siempre, las cosas que no podían ser comprendida eran tomadas como peligrosas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Light in you [K project]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora