Para el matrimonio Nikiforov, lo ideal hubiera sido haber consumado su acto de irremediable amor allí mismo, dormir uno a lado del otro, haber despertado en la mañana para verse entre pestañas, mientras la luz del sol se colaba por la ventana.
Llegarían a casa después del desayuno, y encontrarían a Otabek durmiendo en el sillón, mientras que Yurio estaría en su cama, abrazando a su hijo entre sueños. Yuuri los despertaría a ambos con una sonrisa, y Victor no podría evitar tomar una foto.
Yuuri le preguntaría a Yurio si es que Akemi le dio algún problema durante la noche. Cual sea la respuesta que le dé el rubio, Yuuri estaría consciente por los ojos cansados del joven ruso que le costó más de lo normal dormirlo, sin embargo, Yurio negaría la cabeza, diciéndole que no había nada de lo qué quejarse.
Nada de lo de qué preocuparse...
Mas esto no pasó, pues el matrimonio irrumpió en su casa a las 3 de la mañana, con Yuuri dirigiéndose directamente al cuarto de su pequeño sin siquiera deternerse a saludar. Yurio le explicaba entre tartamudeos cómo el niño comenzó a toser con regularidad y a tener fiebres aún más altas que antes.
Yuuri se asustó de sentir el pequeño cuerpo de su cachorro ardiendo, mientras éste no paraba de llorar y respirar fuertemente, haciendo sonidos que le ponían los pelos de punta al japonés.
—Mamá está aquí, mi amor, vas a estar bien— le murmuraba con toda la dulzura y tranquilidad que se permitía.
Yurio había dado un paso atrás, y se había abrazado a Otabek. De cierta manera, se sentía culpable de no haber podido cuidar bien del pequeño Aki, y ahora una impotencia abrumadora le invadía el cuerpo, ante la preocupación que tanto Yuuri como Victor manifestaban en sus miradas.
Victor se acercó a su esposo una vez que vio que Yuuri hacía el intento por no dejarse caer en la desesperación y la ansiedad. Lo abrazó por detrás, sosteniendo los brazos que a su vez sostenían a Akemi.
—Debemos ir a un hospital, Yuuri— le murmuró cerca de su oído, recibiendo un asentimiento ensimismado del japonés, quien parecía al borde de un ataque de histeria por la manera que comenzó a temblar, sin querer soltar a su hijo de su fuerte agarre.
—Cada vez le cuesta más respirar...— alcanzó a decir Yuuri sin que se le quebrara la voz —, lo puedo sentir, Vitya...
—Calma, iré a encender el auto. Cambia a Akemi y ponle algo abrigador, saldremos dentro de unos minutos— Victor besó la frente de su omega y salió de la habitación. Yuri y Otabek se quedaron con Yuuri para ayudarle con el bebé, y una vez que todos estuvieron preparados, bajaron del departamento en caravana.
—¡Yuuri!, ¿por qué no llevas ningún abrigo puesto?— reclamó Victor en cuanto lo vio.
—El muy necio se negó a ponérselo, en cuanto cambiamos a Akemi, salió corriendo incluso antes de que lo insinuara.
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Ideal- Victuuri Short Story
FanfictionContinuación del fic "Inevitable" publicado anteriormente en mi perfil Ahora que su hijo ha nacido, no hay nada que tenga más importancia para los Nikiforov que su pequeño retoño. Todo gira alrededor del nuevo integrante de la familia, y ambos no pu...