XXIII

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Se que esto no esta bien, que me va a odiar, pero si no lo hago siento que nada habrá valido la pena, a pesar de que lo pierda para siempre.

Danna: Alex - susurre en un sollozo mientras estaba aun abrazándolo - no te odio - escondí mi cabeza en su pecho, se sentía bien estar así con el.

Alex: Entonces ¿Por qué me evitas? - pregunto mientras acariciaba mi cabello sin alejarme de sus brazos, haciendo que me separe un poco para verle la cara, a juzgar por su mirada debo estar horrible, seguro que tengo los ojos rojos e hinchados - no llores por favor - dijo en un susurro tiernamente mientras secaba mis lagrimas.

Danna: Perdóname - susurre antes de juntar mis labios con los suyos, pude notar como el se estremecía por mi repentina acción y al no sentir que el correspondiera me separe lentamente abriendo mis cristalizados ojos, los cuales había cerrado al sentir su contacto.

Alex me miraba sorprendido y confuso parecía no entender lo que estaba pasando, yo al verlo así comprendí que efectivamente el no deseaba tener nada conmigo y que lo había perdido para siempre. 

Gire sobre mi misma, mientras sentía como mis mejillas volvían a humedecerse y en mi pecho se sentía un gran vació, el cual era provocado por mi ya inexistente corazón, estaba dispuesta a irme cuando siento como alguien sujeta mi brazo impidiéndome caminar.

Danna: Déjame por favor - suplique con la voz rota y un gran nudo en mi garganta, ¿Acaso no entendía que no quería seguir hay? 

Alex: ¿Vas a huir de nuevo? - note como a cada palabra que decía su agarre aumentaba de fuerza, no obstante no lograba hacerme daño, supongo que no deseaba hacerlo.

Danna: ¿Qué más da si huyo? - le hable de una forma que a cualquiera hubiera sorprendido, mis palabras estaban repletas de odio y dolor, no hacía él jamás podría odiarle, más bien eran producidas por el odio que sentía hacía mi en este instante.

No me malinterpretéis no tengo la autoestima baja, ni mucho menos. No voy por la vida pensando que es una mierda, simplemente me canse de fingir. Siempre soy yo la que debe estar bien para que los demás lo estén. Aveces yo también estoy mal, también necesito llorar pese a que lo odió, aveces necesito ser una persona normal con problemas normales, y entre ellos está que el chico al cual amas, no sienta lo mismo. 

Alex: ¿Al menos puedes explicarme a que viene el beso? ¿Te estas vengando, por lo que paso la ultima vez? - sus palabras se notaban cargadas de odio, ¿De verdad cree qué esto es una venganza? Este tío es gilipollas.

Mi paciencia termino al escuchar esas palabras de su boca y fue sustituida por mi orgullo, el cual me ha hecho perder a muchas personas. ¿Pero qué más da? Ya lo he perdido, así que no creo que le importe.

Danna: ¿Cómo que si es una venganza? - pregunte borde mientras me giraba aun llorando - ¿Tú eres gilipollas o qué? - pude apreciar su cara de sorpresa y como intentaba hablar, pero yo no se lo permitía - ¿Quieres saber por qué me voy? ¿Por qué te bese realmente? - grite exasperada, viendo como asentía con algo de temor - porque no quiero enamorarme de ti pedazo de idiota.

Ajuzgar por su expresión de sorpresa no se esperaba que dijera eso, el agarre que antes mantenía en mi brazo se fue haciendo cada vez más débil y en menos de un segundo ya era inexistente. Ahora es mi momento de irme, él no me buscara más, eso lo tengo claro al igual que también se que he hecho el ridículo delante de muchas personas, pero ¿Qué más da? Ya todo me da igual. 

Volví a girar sobre mi misma y comencé a caminar como había hecho hace apenas unos minutos, con la única diferencia de que esta vez nadie me detuvo. Ya había salido del local, ya no lloraba, simplemente estaba perdida ¿Qué debía hacer ahora? Seguí caminando por la calle, deseando que nadie me reconociera, solo quiero estar en paz. 

Iba a cruzar la calle sin mirar a los lados, ya que como comente anteriormente estaba ocupada pensando en lo que pasara ahora, cuando siento que alguien sostiene mi brazo y me jala hacía atrás antes de que logre pisar la carretera. 

Esa repentina acción hizo que despertara de mi trance, viendo como un coche pasaba a toda hostia por delante mía y como el conductor de este me gritaba algo que no logre entender. Estaba en shock, si no me hubieran detenido probablemente hubiera sido atropellada por ese coche y posiblemente ya no estuviera pensando en esto. 

x: ¿Tú eres tonta? - pregunto una voz masculina detrás mía llamando mi atención, la cual residía en lo que acababa de suceder.

Gire nuevamente sobre mi misma al notar como el agarre que me sostenía quieta se volvía más débil aun sin soltarme. Cuando conseguí ver la cara del hombre que me había salvado la vida mi expresión tuvo que ser de un gran asombro ¿Qué hace el aquí? ¿Cuando llego? ¿Por qué me salvo después de todo lo que ha pasado? Sin duda la vida no deja de sorprenderme.




XI (Alexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora