× | prólogo;

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Eran tres. Estaban paradas en un rincón del gran pasillo del instituto y mientras dos de ellas hablaba la otra miró alrededor, frunciendo el ceño al ver a uno de los chicos más guapos y problemáticos del instituto detrás de un conocido y atractivo pálido chico, el último mencionado no se había percatado de que su amigo lo seguía pero se notaba que algo bueno no iba a suceder.

— Chicas. —murmuró una de ellas llamando la atención de sus amigas.

Las demás voltearon a ver con extrañeza e intriga a la que habló.

— ¿Sucedió algo, unnie? —Preguntó la menor curiosa.

— De nuevo.

Entre cerró los ojos con incrédulidad la mayor— No me digas que...

— Sí. —interrumpió con asombro, la rubia— De nuev-

— ¡Joder, eres tan irritante! —La interrumpió el grito de un pálido muchacho que pasaba cerca de ellas, un puchero en los labios rosados del chico mientras se cruzaba de brazos molesto.

— ¡Hyung! ¡Llévame! —El menor dijo encima de su hyung mientras que una encantadora y traviesa sonrisa se formaba en el rostro del joven.

— ¡No! —Se quejó el mayor moviéndose para intentar bajar a su revoltoso amigo de encima de él— ¡Bájate que pesas, maldito glotón!

— ¡Le voy a decir a noona que me llamaste así! —Se quejó mientras se bajaba de golpe del mayor, el chico se dio la vuelta también cruzando los brazos.

El menor comenzó a caminar a pasos rápido hacia alguna parte, alejándose de su amigo quién había abierto la boca incrédulo.

— ¿Qué? ¡Espera! ¡Oye! ¡Tú hyung te comprará un maldito helado sino dices ninguna mierda! —Gritó caminando a pasos rápidos para detener a su menor.

El grupo de amigas que consistía de tres chicas veían divertida la escena hasta que la más alta y mayor, hablo;— Son unos idiotas. —murmuró divertida.

— Muy idiotas. —corrigió la rubia riendo con levedad y luego confundida miró a su menor que veía con intriga algo— ¿Qué ves? —Cuestionó mirando donde veía su menor.

— Eso. —señaló con disimulo al final del pasillo.

Las tres miraron con atención como una chica bajita con el ceño fruncido y los brazos cruzados regañaba al pálido mientras los otros seis chicos intentaban no reírse de su amigo al frente de la peli-negro.

— ¡Ahora los sietes se van a correr una vuelta por la cancha! —Escucharon gritar a su amiga.

Los rostros de los seis restantes se deformaron en una mueca, mientras que el que fue regañado primero intentaba no maldecir en voz alta.

— ¡¿Qué? Pero, noona! —Gritó, el menor de todos, en reproche.

¡La cancha del instituto era tan malditamente grande!

— ¿Qué, son pocas? Bueno, serán tres. ¡Vamos! — Las quejas de los chicos no se hizo esperar. Se lamentaron de la pésima suerte que tenían haciendo que su única amiga pusiera los ojos en blancos divertida por la exageración de sus amigos— El que termine primero le daré un beso. —propuso, de pronto, haciendo que sus amigos abrieran los ojos a más no poder sorprendidos.

— Wow. —Susurraron las chicas también sorprendidas, después de verlos casi hiperventilando solo por un beso.

— Qué chica. —murmuró la mayor asintiendo por el control que la peli-negro mantenía en ellos.

— ¡Shu! Miren. —dijo la rubia señalando nuevamente al grupo de amigos que ya habían salido de algún tipo de trance en el que se encontraban mientras miraban a su única y amada amiga con desconcierto y cierta esperanza que no supieron disimular.

— ¿Qué? —La peli-negro alzó una ceja ahora confundida.

¿Por qué hacían tanto escándalo? Era solo un beso, un simple beso que no significaría nada para ella pero sería todo para ellos.

— ¿Un b-beso? —Preguntó todavía con asombro el más bajo, no se lo creía— ¿En los l-labios?

— Sorpresa. —Les guiño un ojo sonriendo y el brilló en los ojos de los chicos incremento— Entonces, ¿qué esperan?

— ¡Yo llegare primero! —Gritó el que se le formó una gran sonrisa, después de él el más alto de todos intento traspasarlo pero no pudo porque un rubio con chaqueta rosa lo había empujado para poder pasar.

— ¡Hyung! ¡Eso es trampa!

Las chicas ignoraron eso mientras veian anonadadas al pálido que comenzó a correr como si su vida dependiera de aquello, los tres chicos restantes se miraron incrédulos.

— Daebak. —susurro sorprendida la rubia todavía viendo como los sietes chicos se peleaban por ser el primero— ¿Cómo una chica, que mide menos de un metro sesenta, puede controlar a unos idiotas infantiles? —Apartó la mirada y miro a sus amigas con la intriga plasmada en su fino y pálido rostro.

— Dicen que se conocen desde pequeños y que se quieren como hermanos. —respondió la mayor.

— ¿En serio? Pues a mi me dijeron que era porque están enamorados de ella. —contestó la menor ladeando la cabeza confundida.

— Pobres. —habló la rubia mientras negaba y hacia una mueca de lástima.

— ¿Por qué? —Preguntaron a unísono las dos restantes mirándola con curiosidad.

— Porque hace dos semanas vi algo que a ellos no les gustaría saber. —contestó mientras se encogía de hombros.

— Unnie, ¿nos vas a contar, verdad?

— ¡Claro! Les cuento ahora que estamos en receso.

•••
Editandola, porque eso debía hacer desde que la termine.

Espero que les guste aunque igual quedó kkita, xdxd.

Bye.

BTS ¦ HERD OF IDIOTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora