Sus pestañas eran extensas y negras, supuse que seguramente debía usar uno de esos productos para alargarlas y darles más color como lo hacía Juliette, aunque no lo parecía.
Contrariamente a los paradigmas de una chica que suele tener tendencias suicidas, ella parecía más...competente socialmente.
Pude notar que bajo los jeans se encontraban unos muslos y piernas para nada flácidas o escuálidas, sus brazos tampoco eran del tipo delgado y pálido.El gentío del cual se rodeaban Jeff y Juliette evidentemente la categorizaría como alguien llenita o rellenadita. Para hombres realmente estúpidos como mis amigos de la universidad, ese tipo de chicas constituía una parte de la población no atractiva. A mí parecer estas chicas eran realmente majestuosas, todo un arte que recorrer con las grandes manos y toda la experiencia que sólo los verdaderos hombres teníamos.
Era amante de las buenas curvas y las cinturas delgadas con caderas estrechas, sí, pero también tenía especial adoración hacia las prominentes curvas que alguien como ella poseía. Tampoco era indiferente a las chicas consideradas demasiado delgadas.
En todos los años que llevaba conquistando mujeres no me fijaba demasiado en el aspecto físico o el posible peso que podría tener cada una. ¿Para qué hacerlo? ¿Por qué? Si yo no era quién para fijarme y criticar aquello.
De hecho absolutamente nadie debería ponerse a categorizar a alguien cómo demasiado delgada o pasada de peso. ¿Quién tenía tal derecho o potestad de decidir en qué momento una persona contaba con peso excesivo o demasiado bajo? ¿Quién decidía cuál era el peso ideal?
Incluso alguien como yo se ponía a pensar en lo inmensa que llegaba a ser la estupidez humana. Aunque, ciertamente debía agradecer aquello, ya que aumentaba de forma alarmante los índices de chicas suicidas, deprimidas y socialmente aisladas que se encontraban en mi entorno.
Me daba prácticamente igual la estatura, peso, talla, color de piel, de ojos, cabello o el nivel social. Al fin y al cabo todas tenían sangre en las venas y aquello era lo único lo que me interesaba e importaba.
Entonces, veía a la chica fijar la mirada atenta al libro en sus manos, en un momento dado lo había levantado cambiando de posición para leer con más comodidad y me permitió ver la portada "El origen de las especies" quién lo hubiese imaginado.
- Libro original publicado en 1859, específicamente veinticuatro de noviembre. Agradezcamos a Charles Darwin la actual literatura científica y biológica - manifesté cruzándome de brazos escondiendo la bolsa ecológica en las manos.
- ¿Se supone que hacerte el intelectual ante una chica sirve para llamar su atención? ¿Esa es tu jugada? - preguntó sin despegar la mirada del libro, acto que a sobremanera me irritaba. Detestaba hablar con alguien que no me observaba o prestaba atención - ¿Así funciona? Das una frase inteligente acerca de algo y ya caen rendidas a tus pies ¿En serio? - volvió a interrogar cambiando de páginas con actitud indiferente.
- No. Las chicas ya no caen rendidas ante el chico intelectual e inteligente - opiné encogiéndome de hombros - prefieren al malo lleno de tatuajes, con motocicleta y mujeriego que pisa la universidad una vez a la semana, simplemente no acude a una o que ni siquiera tiene un mínimo de modales y educación.
¡Sí!
Finalmente había levantado la mirada del libro. Su rostro era aniñado y tenía ese brillo especial en los ojos que solo lo poseían quiénes aún no tenían idea de lo dura que podría resultar la vida. Parecía alguien feliz. Pero entonces, ¿Por qué las mangas largas? Me estaba volviendo paranoico por dar rienda suelta a mi sentido de la deducción. Si, posiblemente.
Sus ojos no eran verdes, tampoco azules, mucho menos grises. Eran del café oscuro más común sobre la faz de la tierra, sus cejas no estaban moldeadas a la perfección, y su nariz no era de esas respingonas y pequeñas como todas las chicas operadas de mi mismo semestre de la Universidad privada, su rostro no era del todo suave y perfecto ya que un raspón de unos cinco cm se podía visualizar perfectamente en la parte izquierda de su frente, tenía los labios rellenos y en su cuello se veía un pequeño lunar. La única manera de describirla era natural.
Definitivamente no era la mujer más linda que había visto en mi vida, de hecho no era la más linda que había visto en el año, el mes, o la semana misma. Pero igualmente era una preciosa y atrayente.
Mi mente me había jugado una mala pasada imaginándome sus ojos inundados en lágrimas y ese cuello lleno cortes profundos, justo por encima del diminuto lunar, con sangre espesa cayendo sobre su cuello y su torso.
- ¿Qué hace un chico como tú tratando de seducir a alguien en este pueblo tan recóndito y poco poblado? - habló mientras colocaba un mechón de cabellos dorados detrás de su oreja y cerraba el libro.
- Lo mismo que tú, supongo. Pasar las vacaciones. También es evidente que no eres de aquí.
- Es un lugar... Peculiar para vacacionar, pero te equivocas, yo sí soy de aquí - aclaró con una sonrisa ladeada en su rostro, dejando ver un hoyuelo que se ubicaba en la parte derecha de su mejilla - Vivo justo frente al cementerio de los límites con el pueblo de al lado.
- Interesante - correspondí a su sonrisa - Nos veremos por ahí si la suerte está de nuestro lado, supongo.
Hice un ademán despidiéndome y continué mi camino. La abuela debía estar como loca buscando su bolsa para cargar los alimentos. Además, yo tenía que pasar por la sección de herramientas para comprar sierras y un par de cuchillos.
- Adiós, chico intelectual - se despidió burlándose.
- Hasta luego, chica Darwin - la imité sin detenerme y evitando voltear a verla.
Después de la corta conversación mi mente realmente llegó a entrar en crisis por el deseo de saber si sólo usaba ese atuendo casualmente o si podría llegar a convertirla en mi víctima número cinco a través de la manipulación emocional. Parecía tener la autoestima elevada y definitivamente se relacionaba con los demás a la perfección.
Aunque podría ser del tipo que sólo se infringía heridas de vez en cuando y eso no afectaba su conducta. Me daría migraña si seguía trabajando la cabeza a tales extremos buscando decodificar la verdadera personalidad de la Chica Darwin.Resultaba agradable conocer a alguien que no esté interesado en el dinero de mis padres adoptivos, que no esté tratando de lanzarse sobre mí todo el tiempo o que no tenga esa personalidad tímida y reservada de la cual ya estaba totalmente harto. Debía cambiar de victimología pronto, ya estaba algo aburrido. Resultaba agradable conocer a alguien capaz de sostenerme la mirada y bromear conmigo sinceramente. Sin transfondo alguno, sin hacerlo sólo por que soy un Evenson.
Después de volver a casa siendo regañado por la abuela y teniendo que cargar todas sus bolsas, fui a la habitación fingiendo ganas de dormir, para escapar por las ventanas con rumbo al bosque más cercano. Que quedaba cerca del cementerio de los límites.
Necesitaba actuar de inmediato. Como todo cazador primero vigilaría y acecharía a mi presa.
Por que en mi hasta luego estaba la promesa de que volveríamos a vernos. Promesa que, desde luego me encargaría de cumplir.
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N/A:
Esta primera historia que escribo en Wattpad, la escribo con un diccionario en manos para poder tener una ortografía perfectamente entendible, así que si encuentran alguno que otro error estaría estupendo que me lo señalaran.
Las críticas constructivas son bienvenidas ya que son para ayudar a uno a mejorar. Así como todos los consejos y recomendaciones que lleguen a darme las tendré en cuenta. Muchas gracias por leer.-Giu214
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Vacaciones en la casa del lago
Mystery / ThrillerNo es otra historia de amor juvenil de verano en una casa del lago. ⚠ Fecha de inicio: 03.01.2018 #804 - Misterio/Suspenso [04.01.2018] #268 - Misterio/Suspenso [05.01.2018]