La Luz

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He caído, pero las veces en las que lo hacía contaba con  quién me ayudara a levantarme. Pero díganme, si nadie está ahora actualmente para ofrecer su ayuda, creo que es momento de aprender a levantarme por mí mismo.

Ya estaba en 2do año de secundaria, estaba solo, no tenía a nadie, pues así me sentía y creo que así era.

Tenía muchos problemas familiares, contaba con calificaciones bajas, no tenía amigos, no significaba nada para nadie e intente adaptarme a la soledad, pues creí que así estaría por poco tiempo, pero nada resultó. Seguía en ese colapso mental del cual no podía salir, ya que no sabía cómo hacerlo, me había acostumbrado tanto a que me ayudaran, que mi capacidad mental estaba necesitada por depender de otras personas para ser feliz y para estar bien conmigo mismo.

Un día estando en mi habitación intente dormir, estaba muy cansado, recuerdo que ese día fue unos de los peores y más agotadores de mi vida. Mis problemas se aglomeraron, no tenía fuerzas para seguir en esta vida, me consideraba nadie, no valía nada y era un estorbo para todos, al menos eso creía. Cuando estaba rondando por mi mente la idea de quitarme la vida mi madre entró de pronto a mi habitación y sentó a mi lado, cada vez que recuerdo estas palabras, siento el mismo sentimiento que me albergó cuando las pronunció aquella vez:
"Hijo, te amo, eres lo mejor que tengo en mi vida", esas palabras fueron duras, pero impresionantes y muy necesarias, ya que nunca había escuchado algo así y menos de ella, pero lo mejor fue el saber que sus palabras eran verdaderas.

Seguía sin amigos, sin compañeros y sin personas que se preocuparan por mí, pero tenía que aprender a levantarme solo, tenía que comenzar a quererme, tenía que comprender que yo soy mi propia luz y todo lo que me rodea es mi oscuridad, solo si yo decido que es así. Con ello aprendí a determinar si levantarme o caer, si creer o no en las personas, si esperar a ver qué sucede o actuar de la forma correcta para mí.

Ya descubierto ese enigma, comencé a quererme, a no depender de nadie para ser feliz, me di cuenta que tengo una mente muy brillante la cual no sabía cómo utilizar pero debía aprender a hacerlo.

Esos meses de soledad me ayudaron a buscar mi vocación en estas generaciones, preguntarme ¿Para qué nací?, si nací para ser otro más del montón o ser alguien que dejó su huella. Tal vez vine a cambiar la manera de pensar de esta sociedad tan perdida o ser quien yo quisiera ser en este mundo, siempre y cuando sea capaz de elegir mi futuro sin importar lo que digan los demás.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2018 ⏰

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