Me duele que seas un idiota
Me duele recordar el sabor de tus besos y ese rostro tierno.Estúpida yo que te creí aún después de probar que de ángel sólo tenías la mirada.
Hace tiempo aprendí que las personas más peligrosas no son sólo las que estafan o matan, sino aquellas que saben mentir con la mirada porque engañan con el alma y entonces te ciega esa bondad falsa que tienen en los ojos y jamás esperas venir esa daga.
Siempre tuve la idea de que nuestro amor era como Dante y Beatriz pero terminamos siendo como Paolo y Francesca.
Estúpida por ensalzar tus escasos minutos de romanticismo pensando que era la mejor historia de amor jamás escrita.
Cedía con tan solo ver tu cuerpo alto y de hombros angostos, lo suficientemente para que con cada abrazo me sientiera inmensamente feliz y protegida, porque podía estar cerca de tu pecho y de tu corazón, el cuál pensaba latía para mí.