ᝰ1

230 20 0
                                    

Desperté después de mucho dolores, tan insoportable era, me dolía todo mi estómago, el respirar me era difícil.

La sangre salía por mi boca.

Estaba en el pequeño pequeño consultorio del hospital para un chequeo, me había quedado dormida.

Hace siete años fui diagnosticada con una enfermedad, ni siquiera los doctores sabían cómo se llamaba, era extraña, porque jamás la habían visto y ninguna otra persona había sido diagnosticado de eso.

-Minhye ¿Estas despierta?-La voz de la doctora me saco del shock del dolor, seguía sin respirar.

El dolor me hacía sentir tan cansada, perdí la noción.



Desperté en un cuarto, parecía un pequeño robot que necesitaba estar enchufado a unos aparatos.

Veía 3 doctores hablar entre ellos.

-Paciente Heo Min Hye ¿Puedes verme y escucharme bien?-Pregunto el Doctor JooHyuk, el mismo doctor que siempre me atendía.

Asentí a su pregunta.

-Me desmayé del dolor, creo-Dije.

-¿Que tan fuerte era tu dolor?-Preguntó el otro doctor.

Era extraño mi dolor, era como un tipo escalofrío con pesadez, ardor, en si todo mi torso por dentro dolía, el dolor al respirar.

-Vendrán persona a hacerte algunos exámenes-Dijo el otro doctor

-¿Exámenes? ¿Como chequeos?-Pregunté.

-Algo así, pero eso significará que tendrás que quedarte aquí un largo rato más

Estaba jodido, otra vez, una larga temporada aquí, aunque no es que haya salido recientemente, en realidad, desde hace un largo tiempo que no salgo de aquí.

Me pasaron en una silla de ruedas a unas cabinas donde habían más niños y adolescentes, fue dónde pasamos antes por la recepción donde llegaban otras personas.

-¡Abran paso!-Gritó una doctora. Traían a un chico de piel morena inconsciente, supuse que una mujer y un hombre que iban atrás del chico eran sus padres, noté que estaban totalmente asustados, y una chica a lado de ellos estaba llorando.

Sostuvieron a los señores para que no pudieran pasar, y vaya ahora sabía qué pasa cuando ves las enfermedades ajenas, ese sentimiento raro.

Entramos a ese pasillo oscuro.
-¿Que le pasaba a ese chico?-Pregunté a la enfermera
-Quien sabe ¿jamás habías visto a alguien así?.

-Digo, su familia, me pone muy mal ver a familias así.

-No te preocupes, hyennie.-Tocó mi hombro en consuelo.

Llegué a las cabinas, sería una larga noche entre que los niños en las cabinas de enfrente estaban llorando.

Me tocó una cabina de hasta el fondo pero en medio de dos cabinas, las cuales estaban solas, Igual, me sentía muy sola, estas cabinas estaban separadas con un cristal, persianas y habían dos puertas.

De ahí llegaron mis recuerdos, los recuerdos de Henin, mi mejor amiga de hospital, así nos llamábamos mutuamente.
Su familia sufría tanto, su cancer eran tremendamente avanzado.

Recordaba que solíamos imaginarnos nosotras saliendo, primeramente del hospital juntas, y bueno, ya después a clubes, también teniendo novios.
Reí al recordar eso, aunque después la risa terminó en un pequeño sollozo.

Estuve pensando en ella, y también llego a mi cabeza Seokwoo.
Ese chico que era cuatro años más grande que yo, el pudo recuperarse, ya que no tenía una gran enfermedad, en realidad, ni una enfermedad, el se metió a una pelea callejera y le metieron una navaja por el estómago.
Siendo un chico alto, atlético, sano y que se meta a golpear gente, era tonto, pero el a mi me encantaba, por poco doy mi primer beso con ese idiota.

Recuerdo estar en el pequeño jardín del hospital, junto con el, con mis cabellos revueltos en mi cara, el comenzó a acercarse, tomo un pequeño mechón que después enrolló en sus dedos largos, lo colocó atrás de mi oreja. Totalmente funcionaba esa táctica para besar a una chica.

-Bésame-Dijo él, en tanto yo estaba totalmente nerviosa, mi corazón dolía de lo fuerte que palpitaba.

El paro su boca, se fue acercando.

Y lo hice, lo besé. Lo besé. Lo besé. Lo besé.

Pero en la mejilla.

Bueno, ni tan buena táctica si es que la chica es muy inocente en ese tipo de aspectos.


Estaba quejándome, la luz que se colaba por las persinas de la cabina de la derecha, porque en ese lado estaba una gran ventana donde se podía ver la ciudad y el parquesito del hospital, y bueno más aparte las mías porque se encontraban abiertas.

Vaya, me había quedado dormida. Gracias insomnio por haber huido.

Esa mañana los niños miraban animes que los doctores ponían en esas teles viejas.

Voltee a lado mío, a la izquierda, estaba una chica demasiado blanca, no sabía si estaba muerta, estaba muy enferma o ese era su color de piel. Voltee a la derecha, y ahí estaba...

Él chico de la recepción, el que estaba inconsciente, permanecía dormido, un rostro pacifico.
Tenía la necesidad de quedarme mirándolo por horas.

Comenzó a despertarse, y voltee a un lado para que no pensara que lo observo, que miedo.

Pero volvió a llamar mi atención, comenzó a desconectarse, comenzó a quitarse los tubos, lo cual hizo que me parara de mi cama, tomara la cosa con la que tengo sostenida el suero y fuera directo a su cabina.

-¡Oye! ¿Que pretendes hacer?-Grité para llamar su atención.

-Me quiero ir de aquí, no quiero estar aquí, no quiero estar con gente enferma, saber que me estoy...-Dijo sollozando, estaba muy exaltado.

-Tranquilo, no pasa nada-Le dije, tratando de calmarlo, pero comenzó a quitarse el suero, lo cual era un jodido catéter largo.-¡No lo hagas, por favor!

Dicho eso, arrancó su suero, sacándose sangre.

El dió un grito de dolor.
Había llegado la enfermera, lo cual a mi me mandaron a mi cabina, mientras sedaban al chico.

Había visto demasiados chicos y chicas que se asustaban porque no querían estar ahí, pero este chico... No lo sé.

『sɪɴ ᴛɪ ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴏ ᝰ ʜᴀᴇᴄʜᴀɴ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora