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Taiga salió del inmueble con esas extrañas ansias recorriendo todo su cuerpo.

Vio la hora en su celular... las 4:10 de la tarde, y sintió esa necesidad de conversar con alguien.

Sin poder contenerse, entró a la lista de contactos en su móvil, revisando los nombres y tratando de encontrar a alguien que pudiera escuchar todo lo que tenía que decir.

Un nombre conocido rápidamente pudo enfocar... con un poco de titubeo, llamó al número que se le presentaba.

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— Hola, Kagami-kun. — Fue saludado por la voz que tanto quería escuchar en ese instante. — Es una sorpresa que llama-

— Kuroko, ¿Puedes venir? Necesito hablar con alguien. — Esa voz se escuchaba tan necesitada; Taiga no tenía noción si su amigo peliceleste estaba trabajando, o haciendo alguna otra cosa importante, y por un segundo, se reprochó por ello.

— Entiendo. Te veré en Maji Burger en 30 minutos.

Sin más que decir, el pelirrojo agradeció y la llamada terminó.

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No sabiendo qué era lo que le iba a decir al peliceleste, se encaminó hacia el restaurante de comida rápida, donde Tetsuya lo había citado.

Tal vez si le decía la verdad a su amigo, éste pudiera entender, después de todo, siempre fue muy sencillo hablar con Kuroko.

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Al llegar a Maji, sólo pidió una gaseosa para poderse sentar allí y esperar; tomó un asiento en una mesa cerca de la ventana, donde podía distraerse un poco mirando a las personas que pasaban caminando por la acera.

Cuando menos se dio cuenta, Kuroko llegaba, saludándolo como de costumbre y tomando asiento en una silla del otro lado de la mesa.

— Lamento haberte molestado. — Habló el pelirrojo, antes que nada, disculpándose por acaparar un poco del tiempo de su amigo.

— No te preocupes por eso. Cuando quieras. — Tetsuya lo miró con tranquilidad. — Dime, ¿Qué ocurre?

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Kagami dio un suspiro pequeño, y es que no sabía por dónde comenzar a hablar.

— ¿Alguna... alguna vez has sentido que estás en el lugar equivocado?

— Creo que tendrás que ser más específico, Kagami-kun.

— Bien... ¿Alguna vez te despertarse un día y te diste cuenta de que estabas en una casa que no conocías, durmiendo con un hombre que, hasta donde recordabas, era tu rival, y luego descubriste que estabas en el cuerpo de tu 'yo' del futuro? — Dijo de corrido, tomando aire tras terminar de hablar.

— Ummm, eso fue demasiado específico.

— ¿Puedes creerlo, Kuroko? Es como si hubiera viajado en el tiempo.

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Taiga comenzó a contar el cómo había despertado en la cama con Aomine y el cómo había sido su día tan difícil. También le contó que había renunciado a su trabajo al no saber cómo llevarlo a cabo... y Tetsuya, en todo ese tiempo, no lo juzgó ni por un segundo.

El rostro impasible del peliceleste, como era de imaginarse, no cambió ante todas las palabras que estaba escuchando, y aunque estaba poniendo atención a cada una de las cosas que Kagami decía, la verdad era que el pelirrojo estaba comenzando a pensar que su amigo lo creía un loco.

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