El pene subía y bajaba, volvía a subir y luego a bajar, una y otra vez en un ritmo constante, pues Tony estaba de lo más tranquilo recostado sobre la inmensa cama de su habitación lanzando al aire el juguete de goma, lo atrapaba y el ciclo volvía a su inicio. Pensaba, mientras veía el dildo caer de nuevo en sus manos, la mejor forma para lograr que todo entrara en él. Es decir, lo intentó un par de veces y cabe decir que luego de sus intentos fallidos se sentía patético al tener que practicar con esa cosa.
Más le molestaba el que en medio de su logrado propósito de sexo con Steve su inexperiencia detuviera todo y fuera un total fracaso. En cualquiera de los casos era un resultado desastroso.
Aún estaba la cuestión de que sin lubricante simplemente era imposible que no sintiera molestia al intentar introducirlo en su cuerpo, podía intentar con saliva, pero la sola idea le daba tantito asco, se preguntaba si ya en el momento de intimar con su querido rubio también tendría esa sensación sucia recorriéndole el pensamiento. Aunque también podía intentar con alguna loción corporal ¿Le provocaría alguna reacción alérgica hacer eso? Mejor no intentar.
La siguiente opción era aceite de... algún tipo... de auto, obviamente no. No estaba loco. No tanto...
Entonces, como si tuviera un resorte en la espalda, se sentó de un brinco en el colchón, mientras el consolador estaba en el aire y al no estar al pendiente de eso, cayó sobre su cabeza, rebotando al otro lado de la habitación.
— ¡Soy un genio! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?! – Sobó su cabeza y se acercó a una de las mesitas de noche ubicadas a un costado de la cama, abrió una gavetita y sacó una tira de condones texturizados y con extra lubricante. Por supuesto, forraría ese pene con el condón extra lubricado y como plus con textura. Solo le faltaba el sabor...
Media hora más hizo falta para que Tony comenzara a gemir completamente extasiado por la increíble sensación de sentirse lleno y llegando hasta puntos inexplorados de su cuerpo.
—¡OH SÍ! ¡STEVE!— Y entonces, recordó que era un juguete de plástico el que le daba placer... patético... Claro que eso no evitó que abriera más las piernas, elevara la cabeza y su mano empujara aún más el dichoso juguetito hasta hacerlo terminar con un bien merecido orgasmo. Alzó sus brazos mientras respiraba agitadisímo —¡Yay! Bravo, lo logramos, amigo. — Ahora... le hablaba al dildo...
— ¿Señor, debo empezar a preocuparme por esto? —Ah, FRIDAY tan oportuna como siempre.
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Dos meses pasaron desde la última vez que se vio con Stark y todavía seguía fresco en su memoria el recuerdo de Tony empalmado hasta levantar el pantalón en forma de tienda de campaña. Milagro fue que no fueran dos las tiendas de campaña en esa habitación. El solo hecho de recordarlo constantemente lo llevó a cometer un mínimo error. Tan pequeño como lo fue no lanzar bien su amado escudo y hacer que se activaran las alarmas alertando al enemigo que estaba cerca.
Clint solo quería volver al cuartel general y tomarse una taza de un buen café. Pero no. Estaban atados de cabeza con una trampa de agua abajo de ellos. Las opciones se agotaban y sentir como la sangre abandonaba sus pies y se agolpaba en su cabeza no ayudaba en nada. Si tan solo su carcaj no se hubiera atorado entre las ramas de los árboles y el precioso escudo de vibranium no estuviera en el patio de la casa enemiga como un frisbee que pierde un niño pequeño...
—Capitán, no quiero ser pesimista, pero, en serio espero que sus problemas con Stark se soluciones lo antes posible.
¿Cómo es qué eso contaba en ser pesimista? Steve ni siquiera se atrevió a preguntar, estaba demasiado avergonzado por su comportamiento que lo único que deseaba era salir de ahí. Una misión de dos meses echada a la basura en un día ¡Bravo Steven!
Entonces una idea le llegó a la cabeza.
Comenzó a balancearse entre las ramas de los árboles, así, de cabeza como estaba, pretendía que alcanzaría una de las más cercanas hasta sostenerse de ella y así poder jalar su cuerpo hasta que, o la soga se rompiera, o alguna de las dos ramas cedieran... Algo debía pasar...
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Dos meses, tres días y unas horas después del incidente en el taller, se presentaban en la Torre Stark dos hombres sucios, sin afeitar y con el cabello lleno de cosas que ni siquiera se atrevía a preguntar que eran.
Pepper fue la encargada de recibirlos, si apestaban, supo disimular muy bien, pues su sonrisa amable no se borró ni un instante. En la sala, de pie, porque no querían ensuciar los delicados muebles, Clint y Steve esperaban por unos importantísimos documentos que tenía que recibir personalmente de las manos de la asistente estrella de Stark, Virginia Potts.
—No fue tan malo...— Rompió tímidamente Steve para sacar la plática a su compañero—
—¡¿Qué no?! ¡Estoy lleno de tantas porquerías que ni siquiera sé lo que son!
—Atrapamos a los malos....
Clint solo refunfuñó y prefirió quedarse callado.
—Vaya, mira lo que las aguas de desecho nos trajeron ¿Qué no había un río en la selvita a la que fueron?— La inconfundible voz de Tony Stark hizo su aparición.
—No te burles Stark.— Clint se defendió al momento que ambos se daban la vuelta para encarar al dueño de la fortuna Stark.
—Es imposible no...—Entonces repentinamente Tony se quedó con las palabras atoradas en la boca. Cint le valía un reverendo gorro; Pero Steve... ¡Por todos los dioses nórdicos y del Olimpo! Se veía tan salvaje, con una barba descuidada de meses, el cabello revuelto y ligeramente largo, a pesar de estar sucio no le restaba ni un solo poco del atractivo. De no ser por el uniforme de colores brillantes y mayitas de spandex, podría hacerse pasar por uno de esos guerreros de los que ya solo existían en las leyendas míticas.
Clint de inmediato leyó la atmosfera y sonrió con la malicia reservada únicamente para los amigos que solo quieren burlarse del bobo enamorado y baboso.
—¿Te comió la lengua el gato, Stark?
—El que quiero que me coma es otro— Respondió y en seguida se arrepintió al escuchar el "¿Qué?" de Steve. —¿Qué?— Contestó como si se acabara de enterar que ambos estaban ahí de pie en su sala.
—¿Qué fue lo que dijiste? —Insistió Steve.
—¿De qué me hablas? – Continuó Tony nervioso.
Y Clint se aguantaba la carcajada que ya le hacía temblar los labios.
—Aquí están los datos que pidieron— ¡Bendita (o maldita) Pepper! Llegaba en el momento justo para impedir una tragedia.
—Gracias, nos vamos entonces— Como hombre sensato Steve decidió huir de la incómoda reunión.
—Pero, no pueden estar así, están empapados y bueno...
—Apestan— Intervino Tony el oportuno.
—¡Tony!— lo reprendió Virginia y Stark no hizo más que encogerse de hombros con expresión de inocencia. —Bueno, pero... él tiene razón...— La sonrisa triunfante no hizo falta en el rostro millonario. — Quédense esta noche en la torre.— Y ahí sí, la cara de Tony fue todo un poema... de terror.
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Primera actu del año! yay~ (?)
Muchisisisisisisimas gracias por leer.
De igual forma agradezco mucho los votos y comentarios en capitulos anteriores <3
Y bueno, esto ya está por finalizar~
Veremos que hace Tony con el nuevo look de su capi-perdición ¬w¬Hasta la próxima~
XOXO
Rust00
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Stark's Fantasy
FanfictionTony esta consciente del problema que arrastra consigo todos y cada uno de sus pensamientos fantasiosos con el Capitán América. Aunque solucionarlo parezca sencillo, en realidad es mucho más complicado de lo que creía. |||Stony. °°WARNING°° Yaoi; s...