Friday

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Dime otra vez ¿Qué es lo que tenía la caja adentro? - Dijo Steve con voz demasiado tranquila para el gusto de Stark, no ayudaba el hecho que veía fijamente el arsenal sexual desparramado en el suelo.

-Jajaja...- La risa nerviosa no tardó en llegar - ¿Para qué quieres saber eso? - Aun con la caja vacía en sus manos trataba de salir corriendo, pero sus pies estancados en la alfombra firmemente se lo impedían.

-Herramientas. Dijiste que eran herramientas. Yo dudo...-Se inclinó para alcanzar un par de esposas peludas con los colores de la bandera estadounidense. Suspiró -...Realmente, que esto sirva de algo en defensa propia.

- ¿Por qué lo dudas? Igual sirven para esposar a alguien y ser patriótico al mismo tiempo.

Ante los ojos atónitos de Stark, Steve levantó otro juguete, esta vez un consolador de material firme, esponjoso, decorado con estrellitas azules, rojas y blancas en toda la punta que simulaba un glande, al final del instrumento había una especie de aparato de bombeo que Steve no se atrevió a apretar.

-Más bien, creo que tus fines eran otros.

-No es nada de lo que estás pensando, Rogers. - El nerviosismo se apoderaba de él, no sabía, ni se imaginaba en lo más mínimo que era lo que Steve pensaba.

El capitán alzó la vista y sonrió con sorna.

- ¿No? Por favor, Stark, ya entendí que pretendías burlarte de mí con todo esto. ¿Crees que desconocía la existencia de... Estas cosas? Sé lo que hacen con esta clase de productos. No me negué a participar en esta locura por el simple hecho que la mitad de lo recaudado con la venta de estos juguetes- Hizo comillas con sus dedos -Irá a fundaciones benéficas de ingresos anónimos. Pero de todo lo que pudo pasar, nunca esperé que tú encontrarías la forma de burlarte.

Steve se notaba avergonzado, molesto y quizás un poquito indignado.

Tony se quedó sin un poco de sarcasmo en su lengua. No podía competir contra los orfanatos y casas de ancianos a dónde iría todo ese dinero.

Cuando Steve se dio la vuelta para salir de su habitación temporal. Tony reaccionó y lo sujetó del hombro.

-Cuando te digo que no es lo que parece es que no lo es- Steve se giró y cruzó de brazos siendo paciente por escuchar la excusa que Tony podría inventar.

-Más te vale que lo hagas creíble.

Tony trago grueso antes de hablar -Yo... ¿Tu pene en serio es de este tamaño? - Y alzó el dildo de goma justo frente al rostro de ambos.

Steve rodó los ojos y tras plantearse sus dos opciones, pensó que tal vez y con todita la suerte del mundo podría ganar en ese "concurso de sarcasmo".

- ¿Por qué? ¿Acaso quieres comprobarlo por ti mismo? -

Tony bajó lentamente el pene de plástico dejando ver sus ojos bien abiertos y con sorpresa.

-Sí.

Respondió en modo automático. Steve se sonrojó terriblemente, pero continuó firme con el supuesto reto.

-Entonces quítame la ropa y míralo.

Tony, ni lento ni perezoso se arrodilló frente al capitán, extendió sus manos y ante la mirada atónita, desorbitada y confundida del rubio, acunó con su mano completamente el bulto entre las piernas de Steve. En seguida este brincó hacia atrás despegándose del tacto ajeno.

- ¡¿Qué te pasa, Stark?!- Cómo si de una dama se tratara, Steve tapó sus "partes nobles" con ambas manos.

- ¡Pero si tú me dijiste que lo hiciera!

Stark's FantasyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora