De la tetera salía el tenue líquido verdoso amarillento, y caía en la taza de porcelana, dejando merodear el olor a cedrón por todo el lugar.
Una vez servido el té, se le colocan dos cucharaditas de azúcar o una de miel y listo... ¡Ah! ¡No, esperen! Falta el toque secreto para un buen té de calidad. Agregar una... dos... tres... ¡Cuatro gotas!
Las gotas colisionando contra el té, lo pintaban; perdiendo aquel amarillento color, y sustituyendo por uno oscuro.
¡Ahora sí! Ya lo puedes beber.
La tienda de té en las afueras de la ciudad; tuvo un auge impresionante en épocas pasadas. Sí, esos sabores exquisitos, tan frescos y naturales, destacaron ante cualquier marca que se había probado antes por aquellos lares.
¡Dulce, dulce té de hierbas sueltas! Los clientes se olvidaron de tu danzante olor y te abandonaron.
La casa era un tanto vieja, pero humilde y acogedora. Enredaderas surcando en las paredes exteriores, unas escaleras de piedra conducían a la puerta de madera, mientras que a los costados; flores junto a hierbas de diversos colores y aromas, desfilaban hasta la entrada; por lo que esa familia, no había dudado en hacerla una tienda de té.
¡Ah, los dulces aromas! Afortunada subida de escaleras, en la que te ibas deleitando de olores gustosos, abriendo la puerta, haciendo sonar la campanilla.
Variedad de sabores saltaban a la vista una vez dentro; y no se diga del muestrario de cristal, donde guardaban las hojas más exóticas.
Dichosa tienda de té, ¿dónde quedaron tus clientes?
Pero no todo lo bueno dura; la tienda después de su debut, empezó a caer tal y como los pétalos de rosas marchitas. Y cuando el último pétalo quedó; la tienda fue vendida a un desconocido joven amante del té.
Sin embargo, el infortunio continuaba sobre la tienda. Ya los clientes no iban, sólo aquellos viejos que se rehusaban a consumir otro tipo de té. Aún así, el nuevo dueño seguía abriendo la tienda.
Nuevo dueño; nuevo ingrediente al té.
En una tarde templada buscabas trabajo de medio tiempo para ganar algunas monedas que te ayudarán a tu economía. Y de nuevo había un fichero pegado en un poste, contratando a una mujer joven, para atender la vieja tienda de té en las afueras; no podías creerlo, era la cuarta vez en el mes que buscaban a una nueva empleada.
¿Tan mal trabajo era?
¡No!
Sólo que una vez en la tienda; entrabas a un calvario sin salida.
Subías las escaleras de concreto, inhalando los aromas frescos, llegando a la puerta. Te quedaste quieta hasta tocar y escuchar un "adelante".
Los frascos de vidrio, el muestrario y la decoración, oscilaban entre lo elegante y acogedor.
ESTÁS LEYENDO
𝕽𝖊𝖑𝖆𝖙𝖔𝖘 𝖘𝖆𝖓𝖌𝖗𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔𝖘 | Diabolik Lovers
Fanfic¡Ven aquí, lector! Adéntrate a estos relatos sangrientos; protagonizados por vampiros sádicos, en busca de sucumbir a sus víctimas en delirios agonizantes. Publicación; 03/Enero/2018 Finalización; 20/Julio/2018 |Imágenes en portada no me pertenecen...