Cartas De Color

Yo me voy a California Wey

Campo, Rep. Arg

29 de Noviembre de 2017

Querido hijo

Ya han pasado tres días desde que partiste de casa, ya sé que no ha pasado mucho; pero tu padre y yo nos preocupamos por ti, y nos gustarías que nos cuentes que tal te está yendo en Córdoba. ¿Si ya encontraste trabajo? y si lo encontraste, ¿Qué tal te está yendo?. ¿Si ya tienes casa?, perdón si te agobiamos, es que, queremos saber cómo está nuestro bebe. Acá en casa te extrañamos, tu padre dice que no, pero no le hagas caso, tú ya sabes lo orgulloso que es. Él dice que no te joda, que te estoy sofocando mucho, jaja, es que aún me resulta difícil aceptar que mi bebe se haya ido de casa. Recuerdo, cuando nos dijiste a mí y a tu padre que querías ir a California a trabajar de músico... ¡DIOS!, que susto fue el que nos diste aquel día, terroncito. ¡Qué suerte que tu padre te logro convencer de que viajaras a córdoba, y trabajes de abogado!, ¡Yo no me podría imaginar, a mi hijo, cantando en un escenario, rodeado de gente extraña, y en un lugar extraño!, no, ese lugar no es para mí bebe. Bueno, contestanos la carta pronto, tengo ganas de saber cómo está mi terrón de azúcar, y cuídate de las Cordobesas, ¡SON UNAS LOCAS!

Con cariño: Mamá

Algo que todos los padres deberían saber, es que meterse con las decisiones de sus hijos, puede llevar a graves consecuencias; una de ellas es, hacer la vida de su hijo infeliz, pues es posible, que él tenga una fuente de ingreso estable, pero eso no garantiza su felicidad. Hoy en día, los adolescentes, deciden sus trabajos pensando en los ingresos que tendrán, en lugar de preguntarse, si ese trabajo, es lo que realmente desean hacer. Es por eso, que en los últimos años, se ha engendrado un nuevo prejuicio, este se relaciona con el trabajo y consiste en el miedo (sobre todo de parte de los padres) de que sus hijos, no consigan, un trabajo que les dé una salida laboral estable; este prejuicio, surge, sobre todo en los padres de niños o niñas artistas. Todo por el estereotipo estructurado de la sociedad, acerca de que, ser un artista no es considerado un trabajo con salida laboral. Con esto, no digo que la culpa es solo de los padres; la culpa surge, de los mismos adolescentes, que no son capaces de tomar su propia iniciativa, para desafiar el concepto establecido y hacer lo que ellos desean.

Como hizo el muchacho de este relato. Él ha decidido, luchar por su sueño, y seguir su objetivo.... Aunque esto, lo haya llevado a mentir a sus padres. ¡Ho sí!, ¡claro que sí!, este chico no deseaba estar encerrado todo el día en una oficina, él quería tocar, ser famoso, al igual que sus ídolos, Freddie Mercury, Elton John, Rey Charles y tantos otros. Pero tampoco quería dañar a sus padres, por lo que, fingió estar de acuerdo en todo, para luego escabullirse y huir a California. Su nombre es Reginald Daniel López, pero todos le decían Regi.

Y allí lo podemos ver, en alguna parte del condado de no sé dónde; recostado en la paja, vestido con un traje gris azulado, con sombrero, unos anteojos rojos y con una pequeña maleta que sus padres le habían dado.
Al salir el sol, Regi bosteza y algo confundido, mira a su alrededor.... Unas gallinas, un cerdo y una vaca; poco a poco recuerda, que el día anterior, se había acostado justo a la paja porque no había encontrado un lugar en donde pasar la noche. Recobrando el sentido, Regi se levanta, recoge su maleta y camina hacia la carretera; viendo de un extremo al otro, para tratar de divisar algún auto que lo pueda llevar al pueblo más cercano, y de ahí conseguir hospedaje.

Regi, es un muchacho de pelo corto y castaño, de tiernos ojos, nariz respingada, muy amable y muy gracioso. A pesar de esto, él es algo tímido y a veces se deja llevar más por la emoción que por su cabeza, pero aun así es un chico lleno de esperanza y alegría.

Luego de unas horas, logra divisar un auto en el extremo izquierdo de la carretera. La palabra más apropiada para definir el lugar en donde se encontraba, sería la ''nada'', solo campo de los dos lados de la carretera; por lo que, apareciese un auto nuevo por la carretera, sería algo raro. En efecto, el vehículo que se acercaba, no era un auto, sino una camioneta Falcon, modelo 86. Esta, era vieja, oxidada, y al parecer tenía un pequeño problema con los amortiguadores, ya que bailaba de arriba a abajo.