- ¿Estas bien? –Preguntó el chico jadeando levantándose y extendiéndome la mano para levantarme yo.
- Bien, supongo… -Dije levantándome.- ¿Qué ha pasado?
- Te vi cruzando, venía un coche muy rápido.
- Me has salvado… -Dije alucinada, nunca pensé que alguien haría algo así por mi- Tu rodilla, esta sangrando.
- Ah, ¿Eso? No te preocupes, se curará.
- No, si no lo limpias ahora se te infectará. Ven conmigo. –Dije cogiéndole por la muñeca y estirando de él.
- Hey, ¿Dónde vamos? –Preguntó él frenando.
- A casa, tengo que curarte eso.
- No, en serio, no hace falta.
- Claro que si. –Me giré y le miré a los ojos- Es lo menos que puedo hacer después de haberme salvado. –Le volvía coger de la muñeca y seguimos caminando.
- Aquí es. –Dije sacando las llaves de mi mochila.
- Pero en serio, que no es necesario. –Dijo el chico con una bonita sonrisa.
Ignorando lo que decía abrí la puerta, “¿Papá?” grité entrando en la casa.
- Que raro, en teoría tendría que estar aquí. Vamos, pasa. Por cierto, tu nombre es…
- Michael. –Dijo el joven entrando a la casa- ¿El tuyo?
- Melanie, pero me puedes llamar Mel si quieres.
- Mel. –Dijo suavemente- Me gusta.
- Siéntate, yo iré a por desinfectante. –Dije sonriendo.
- De acuerdo. –Me sonrió de vuelta.
Michael, que ahora si sabía su nombre, se sentó en un sillón de la sala. El joven al sentarse dejó salir un suspiro. Miró a su alrededor y hubo una foto enmarcada que le llamó la atención. El chico se levantó para verla mejor. Cuando volví a la sala, él seguía mirando la foto. Dejé las cosas sobre una mesita y me acerqué a Michael.
- Mamá… -Dije en un hilo de voz temblorosa.
- Ah, estas aquí. –Dijo el chico sonriendo- ¿Es tu madre verdad? –Dijo suavemente.
- Si, ¿Es preciosa, verdad?
- Si, en eso te pareces a ella.
Me sonrojé y bajé la mirada intentando que las lagrimas no salieran pero una traicionera asomó y no me pude contener.
- Hey, ¿Que pasa? ¿He dicho algo malo? –Pregunto el chico dejando el cuadro en su sitio y se acercó a mí. Mis llantos aumentaron- Shh… vamos, tranquilízate. No se lo que te pasa pero no llores por favor, no puedo soportar ver personas así. –Dijo el chico secando mis mejillas con la manga de su camiseta.
Respiré hondo, intenté hablar pero no pude. Me tiré al suelo de rodillas, con las manos en la cara mientras las lágrimas recorrían mis mejillas.
- Mel, por favor para. No puedo verte así. –Dijo Michael agachándose a mi lado. Me quité las manos de la cara, le mire intentando parar todo ese mar de tristeza.
- ¿Por qué ella? ¿Por qué no otra? –Dije y las lágrimas volvieron a invadir mis ojos.
El joven no sabía que hacer y me acercó a él haciéndome apoyar la cabeza en su hombro. Me acarició la mejilla y empezó a cantar una canción que nunca antes había oído.
- You and I must make a pact, we must bring salvation back. Where there is love, I’ll be there… -El oír esas palabras me hizo subir la mirada hasta esos ojos color avellana. Realmente el chico tenía una voz espectacular.- I’ll reach out my hand to you, I’ll have faith in all you do. Just call my name and I’ll be there…