Capítulo 5

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—¡Joder! —aventó el arma —, ¡¿Qué tengo que hacer para demostrarle que no soy un bueno para nada?! —

El noruego miro con rabia el suelo en donde se encontraba su arma.

—Tranquilo Tord. —

—¡No puedo Paul, simplemente no puedo joder! —

El adulto suspiró con los brazos cruzados mientras miraba todo el espectáculo desde su silla de madera.

—Tú, yo, todos los de esta base saben que no eres un bueno para nada Tord. —

—¿Entonces él porque no lo acepta? —pregunto al aventarse a su cama.

—Conociendo a tu padre... —rodo los ojos —, Simplemente tiene orgullo. —

—Oh vaya —lo miro —, Que infantil. —

—¿Qué te puedo decir Tord? —se encogió de hombros.

Ambos se quedaron en total silencio.

—¿Seguro que no quieres ir a la enfermería? —

—Solo fue una herida de bala Paul. —

—Sí y te atravesó la mano. —

—Estoy bien. —

—Tord, no seas orgulloso tú también. —

El noruego simplemente chasqueo la lengua y puso una mirada molesta. Estaba tan enfocado en las vendas rojas que no se dio cuenta como el de cejas grandes ya se encontraba cerca de él.

Pero al hacerlo, ya era demasiado tarde. Paul lo había tomado y rápidamente lo empezó a aplastar.

—¡Deja de ser tan maldito orgulloso! —

—¡Paul! —rio —, ¡Para! —

—No lo hare —negó con la cabeza mientras hacía un sonido con los labios.

Tord no podía evitar reír, disfrutaba mucho jugar con Paul de forma algo brusca, le gustaba demostrarle su fuerza.

Aunque casi siempre perdía al sentir los dedos en sus caderas por las cosquillas.

Las risas hacían gran eco en los pasillos y todos los soldados que pasaban o se encontraban en sus propias habitaciones los ignoraron. Ya se habían acostumbrado a los gritos furiosos del noruego y sus risas que le provocaba el de cejas grandes.

Paul al ver su límite no dudó en parar.

Tord aún seguía riendo y tardo unos pocos segundos en parar completamente, disfrutaba mucho como Paul lo lograba hacer reír, era el único del todo ese lugar que lo hacía feliz.

—¿Mejor? —

—Si... mucho mejor. —

Silencio.

—Oye...—

—¿Si? —

— ¿Podrías dejar de abrazarme por la espalda? — risilla —, Parecemos que somos pareja. —

—No homo —dijo al soltarlo.

Ambos rieron.

—Debes tener hambre. —

El de cejas grandes se paró de la cama para ir hasta la suya en donde tenía su mochila. Al tomarla no tardó mucho en abrirla y vaciarla completamente.

—La cena, esta servida. —

—Wow...—sonrió —, Paul, ¿De dónde sacaste esto? —

—Bueno... —rio —, Cuando un McDonald's es destruido en la zona de la guerra.—

Mi olvidado favorito- EddsworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora