Edward desapareció hace cinco años, y lo único que dejó fueron diarios. Una pila enorme de diarios de vida.
Dentro de esos diarios se encontraba su letra cursiva, era hermosa pero difícil de leer. Intentaba comprender, pero no podía convertir en sonidos las palabras escritas.
A veces las cosas hermosas no necesitan entenderse, sino que contemplarse.
Edward contemplaba mucho, sentado en la gran rama del sauce llorón. A veces se sentaba a dibujar en vez de observar hacia el horizonte, o a escribir en vez de dibujar.
No jugaba a la pelota.
No corría por el campo.
Escribía en un libro de tapa azul marino, solo.Mientras yo jugaba en el campo, me tiraba por el césped o me dirigía al río, podía ver una silueta en el sauce. Hubo un día en el que me acerqué, y pude ver, por primera vez, su delicado y blanco rostro.
- ¿Quién eres?- pregunté. El chico, sentado en su rama, había sonreído un poco. Su pelo castaño jugaba con la brisa de esa tarde de verano. Yo mientras tanto, me dedicaba a examinarle desde donde me encontraba.- ¿Qué escribes?- volví a preguntar.
- Me llamo Edward, y escribo en mi diario de vida.
- ¿No vas a bajar? ¿no quieres correr por el césped?- Edward rió, como si hubiera preguntado algo tonto.
- Yo... no puedo correr.
Así es.
Edward no podía correr.
Si corría, su corazón palpitaría cada vez más rápido, y en algún punto, dejaría de palpitar.Pero hace cinco años no lograba comprenderlo.
Me volví a sentar, y ésta vez logré leer uno de sus diarios.
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Goodbye, Edward. (Yaoi/Gay) [FINALIZADA]
Short StoryEdward desapareció hace 5 años atrás, y lo único que dejó fue un montón de diarios de vida. Y unas flores Y unas cartas Y unas fotos Y un pequeño, amarillento, delgado pedazo de papel. • • • • • • • • • • •...