CAPÍTULO 60

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Siento no haber actualizado, he estado de vacaciones y me ha sido imposible. Aquí os dejo la historia. Mil gracias, una y otra vez, por seguir aquí, por disfrutar conmigo de estos personajes <3

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DECLAN

Cuánto nos ha costado llegar hasta aquí, qué tonto he sido. Siempre esperamos a que llegue ese momento perfecto, pero, ¿y si no tenemos que esperar a que llegue? Quizás solamente sea necesario hacerlo real, posible, actuar. Ese ha sido mi mayor problema, muchos quebraderos de cabeza y poco actuar. Necesitaba dar este paso, necesitaba dejar de estar tan ciego. Pero no me arrepiento, no me arrepiento de nada, porque todo lo vivido me ha llevado hasta este lugar, aquí y ahora. Estoy en el altar de la pequeña capilla, la misma en la que se casaron mis padres, esperando a la mujer de mi vida.

Desde niños hemos vivido juntos, día a día, tanto que no fui capaz de reconocer todo lo que la quería hasta que no me separé de ella. Siempre supe que ella era especial, por Dios, si prefería jugar con ella y me excusaba con cualquier cosa con el resto de niños del castillo con tal de pasar tiempo a su lado. Crecimos y seguía sintiendo esa misma necesidad de estar junto a ella, separarme era insufrible, y sin darme cuenta cuando lo hacía estaba todo el día pensando en ella. Nuestros padres se reían, sobre todo cuando salíamos de caza o les acompañaba a alguna misión diplomática, algún viaje, y siempre en las conversaciones salía su nombre "si Mai estuviese aquí...", "pues Mai y yo el otro día...", "Mai siempre dice...". Insufrible, inseparables. Mi orgullo y mi arrogancia nos separaron, aunque su testarudez también ayudo. Esa misma que se me olvida en cuanto la veo entrar. Está increíble. Joder. Qué tontos hemos sido. Me sonríe nada más verme, y realmente no necesito más. Ya no existe nadie más en este pequeño espacio. Ella y yo, mirándonos cómplices. Únicos sabedores del amor que nos brindamos.

Estoy deseando que llegue a mi lado y besar ese cuello que tan bien se realza con el pelo recogido. Enloquezco solo de pensarlo. Por fin, señor. La ceremonia es sencilla, nuestro sacerdote da una misa rápida y dice unas palabras bonitas y sencillas, son complicaciones. No dejo de soltar la mano de Mai, no pienso hacerlo, ni ahora ni nunca. Es mía, y yo soy suyo.

-Declan McLaren, ¿aceptas a Mai McFergus como legítima esposa?-pregunta por fin el padre Lean. Claro que acepto. Una y mil veces. Mai me mira nerviosa.

-Sí, quiero.-entonces, vuelve a sonreír, soltando el aire que contenía.

-Mai McGergus, ¿aceptas a Declan McLaren como legítimo esposo?

-Sí, quiero.

Todos aplauden y entonces, ahora sí, por fin, puedo besar a la novia. Nos fundimos en un cálido beso. Uno lleno de paz, porque realmente ahora sentimos paz, ahora sabemos que ya es posible. No la beso con enfado, no la beso con el anhelo de un imposible. No, la beso con un ahora, con un para siempre, con un por fin, con paz, seguridad, amor. Todo mi amor.

Salimos y la noche ya está bien entrada, aun así en los salones nos espera una gran celebración. Todos nos miran sonrientes, todos nuestros amigos más cercanos, todos los que nos han visto crecer, nuestra gente. Supongo que es una parte bonita y necesaria, pero ahora mismo me estoy planteando seriamente esto de las bodas, de tanto saludar y tantas felicitaciones no me dejan estar con ella, estoy por mandarles a todos a casa y llevármela a rastras a la alcoba. Llega Alec, como siempre en el momento oportuno, y me abraza.

-Enhorabuena, por fin amigo. Ahora eres un hombre casado, ¿cómo te sientes?

-Igual, no me dejan disfrutar de mi mujer.-respondo en un gruñido.

-Tranquilo fiera, ahora celebrémoslo, ya es tuya para toda la vida, no te la van a quitar-dice muerto de risa.-¡¡Vayamos a celebrarlo!-grita Alec a los presentes, quienes responden entre aplausos y gritos felices. Mientras comienzan a marchar me acerco a Mai y la arrastro junto a mí, estrechándola fuerte.

-Tú vienes conmigo, mujer.

-¿Ya empiezas?-ríe.-Vas a ser un marido muy pesado.

-Ya basta de tanta celebración, ya estamos casados, qué más quieren.-Mis palabras le hacen reír, pero sabe que no las digo tan en serio, o sí, pero me besa, convenciéndome, y no necesito más. Bueno, necesito más, mucho más. Todo. Pero disfrutaré y esperaré un poco más.

-Vamos.

-Sí, pero hazme un favor.-digo.

-¿Cuál?-me mira confusa.

-No te acabes mi whiskey.-me empuja ante mi burla y se ríe. Amigos y amantes, juntos, bromeando, riendo, viviendo.

Al entrar en el salón todos vuelven a aplaudir, comemos, bailamos y bebemos. Hablamos con ellos, Agnes no para de mirarnos con su mirada maternal llena de emoción y orgullo. Me dedico a observar a la gente, mi gente, mi pueblo, mis amigos y mi familia. Alec, Caleb y Mai ríen divertidos mientras señalan a Lorna. Errol y Frandan no paran de beber, qué desgraciados, siempre están igual, cuando liamos alguna fiesta acaban con las existencias de mi bodega. Ervin e Iver intentan coquetear con las hijas de Norris sin que Ronnette se entere, pobrecillos, no saben en qué jardín se están metiendo. Kinnon y su mujer están como locos los pobres detrás de sus hijos, los gemelos son muy revoltosos y no paran de dar vueltas. Sé que faltan muchos, sé que nuestros padres estarían felices de vernos a todos así, les echo de menos, pero me reconforta saber que estarían muy orgullosos de todo lo que hemos conseguido. Me acerco hasta Mai y mis amigos. Ella sonríe, al hacerlo se realzan la comisura de sus labios y le salen unos hoyuelos que me recuerdan a nuestra niñez, tiene un brillo en la mirada que haría que todo hombre en la faz de la tierra se enamorase de ella. El moño no ha sido capaz de luchar contra esos rizos pelirrojos suyos, por lo que ahora está completamente deshecho. Me encanta. Su figura se ve realzada por el vestido que lleva, y menos mal que llego junto a ellos, porque de seguir con mi análisis habría acabado raptándola.

SIEMPRE VOLVERÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora