Capítulo 29: Suspenso

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Después de dos días de la pelea de Lacus y Yuu, el ambiente se puso muy pesado. Yuu siempre estaba distraído, eso le molestaba a Mikaela ya que el temía que por su distracción se llegará a herir mientras cocinaba o hacia limpieza. Tenía que llamar su atención para que se concentrará, lo que a veces tenía que alzar la voz para que el menor saliera de sus pensamientos que lo carcomía por dentro.

También Mikaela sentía lo tenso en la oficina ya que todos estaban tan callados desde que Lacus no ha regresado al trabajo. Como si todos sabían algo que el no.

Es cierto Mikaela le desagradaba Lacus, pero tampoco lo odia; mando varios mensajes preguntado si estaba bien, pero ninguno los leía. El no sabía en donde vivía esté, así que no podría ir averiguar qué le sucedía.

Así sucedió durante varios días sin saber nada del mayor, sus compañeros de trabajo se habían olvidó de el como si nada, pero Mikaela aún seguía con esa preocupación que lo estaba matando, e incluso se sorprendió. ¿Preocuparse por Lacus? Eso sí que lo asustaba a tal punto que tuvo un escalofrío. Mientras que el se concentraba escribiendo en su computadora como de costumbre, uno de sus compañeros de trabajo de le acercó.

—Disculpa Hyakuya

—¿Sí? —pregunto Mika, dejado de teclear en el ordenador.

—Podría ir a casa de Welt a entregar estos documentos, por favor — pidió el hombre.

Mikaela observó el grosor de la carpeta y cálculo como unos 3 centímetros, luego observo al hombre que se veía bastante cansado y al parecer que no ha dormido en estos últimos días.

—Pero no se la dirección de su casa — se excusó Mikaela.

El realmente no quería saber en dónde vivía, nunca le habían pedido nada sus compañeros. Supone que era por la cara de amargado que siempre tiene.

—No se preocupe por eso Hyakuya, le escribo la dirección de su casa.

Mikaela ya cansado de esta conversación acepto la petición del señor; esté le dió en un papel con la dirección de Lacus, y el rubio con un suspiro fue hacia su auto a entregar el dichoso documento. Mientras manejaba veía de reojo los carteles que en estos tenía los nombres de las calles en la que estaba, y también veía por su celular hacia donde iba.

Según de celular decía que faltaba alrededor de 4 minutos para llevar a su destino. En realidad se preguntaba si el de cabellos morados había hecho su trabajo en casa, era lo más seguro. Al llegar a su destino observo la casa, era de ladrillo tradicional, a diferencia que la suya era de madera, las paredes de un color beige y el techo era como de un azul oscuro o negro no sabía con exactitud.

“Es grande”, pensó Mikaela. Tal vez era de tres habitaciones, o más, pero no podía confiarse a veces las casa grandes son pequeñas por dentro y viceversa.

Subió los escalones de está, miro la entrada tradicional, tenía una alfombra que decía “Bienvenidos” tocó el timbre una vez y espero, volvió a tocar el timbre y volvió a esperar. Pero no había respuesta, así que toco el timbre sin parar hasta obtener una respuesta. La puerta fue abierta de golpe dejando ver a un desarreglado Lacus, el cabello despeinado y aún tenía puesta su pijama, una camisa holgada blanca con una frase que decía “I finally see the way” con una imagen de un muñeco rojo enano que parecía que miraba hacia el cielo, y sus pantalones fucsia de Barney.

—¿Mikaela? — preguntó confundido.

Miro el rostro de Lacus, tenía unos lentes negros de sol, se preguntó si se habrá lastimado o tal vez le dió conjuntivitis. Por que si fuera esa razón, lo mejor es irse lo más antes posible. Evitaría a toda costa ser contagiado.

Hocus Pocus [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora