24 de Diciembre, 2017.
03:48 am.
Hospital Central de San Petersburgo, San Petersburgo, Rusia.
El joven rubio esta sudando en frío mientras intentaba respirar con normalidad.
Había despertado hace apenas una hora y el jefe de la policía había exigido hablar con él.
-¿Cómo estas, chico?-preguntó el hombre con un supuesto tono reconfortable.
-No intente hablarme como si fuera mi padre-contestó el rubio con su muy normal forma de contestar.
El rubio solo quería salir de ahí y ser envuelto por los cálidos y firmes brazos de su mejor amigo.
-Estamos preocupados por ti- dijo el hombre logrando que Yuri se enojara y el hoster delatara su aceleración cardíaca.
-Me interesa una mierda-gruño-¿Qué es lo que quiere de mi?
-Intente ser amable por tu condición-dijo el oficial olvidando su tono amable-. Necesitamos tu declaron por la detención del ciudadano Katsuki Yuuri por presunto homicidio culposo.
Los ojos de Yuri quedaron fijos en los castaños del hombre frente a él.
No. Era mentira. Yuuri no podía ir a la cárcel.
-En busca de pruebas se realizo un chequeo en la casa del señor Katsuki y la de tu familia-comenzó a explicar el hombre-. El la casa del señor Katsuki no se encontró ninguna prueba en su contra.
-Porque no hizo nada-dijo el rubio casi como un gruñido.
-En cambio-continuó el mayor sin importarle el comentario del menor-, en la residencia Nikiforov se encontraron cartas de tú parte hacia el señor Katsuki por el accidente que sufrieron tú y tu padre.
Yuri quedo en silencio, sabia de que cartas hablaba aquel hombre y de su contenido tan odioso, venenoso y lastimero.
Yuri bajo la mira avergonzado y furioso consigo mismo.
-Todo eso es mentira-susurró sollozando sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas-. Todo lo que dije en contra de Yuuri es mentira.
-¿Qué fue lo que pasó esta noche?-preguntó el mayor-¿Qué fue lo que te hizo escribir todo eso contra el señor Katsuki?
Yuri comenzó a llorar y los recuerdos comenzaron a llegar uno tras otro de manera rápida y dolorosa.
Jamás le había contado nada a nadie lo que había pasado antes de aquel accidente, solo su odio repentino -según el- y justificado hacia Katsuki.
-Yuuri-susurró el menor llevando sus rodillas hacia su pecho mientras sollozaba.
El jefe de la policía salio unos instantes después dejándole su espacio al menor.