Las sábanas blancas, el olor a medicamento y los murmullos lamentosos hicieron suponer a (...) que se encontraba en algún tipo de hospital o clínica, ni idea de cuánto tiempo habrá estado dormida en ese lugar pero no podía levantarse ni articular palabra, sentía su pequeño cuerpo pesado y la boca sumamente seca.
-Despertaste.
(...) volteó instintivamente hacia donde vino la voz, se encontró con una joven de pelo negro azabache vestido de blanco y sobre eso otra capa blanca.
-No te sobre esfuerces, te acabas de despertar –dijo. –Soy Lia y estoy a cargo de ti.
Los recuerdos del día anterior volvieron de golpe, empezó a temblar y lágrimas silenciosas caían por sus brillosos ojos violetas. Ahora comprendía porque estaba instalada en un hospital.
Recordó el ambiente lleno de humo y llamas, apenas se podía respirar, la gente gritaba, las sirenas rompían los oídos, los niños lloraban y los héroes sangraban, eres el mismísimo infierno.
-¿Mi mamá? –Preguntó (...); quería los brazos de sus padres en ese mismo instante, pero la doctora solo la miro con una expresión dolida. -¿Dónde está mi mamá? ¿Qué paso ayer? ¡¿Dónde están?! –Gritó (...), su corazón palpitaba con fuerza y sus uñas empezaban a enterrarse con fuerza en su piel por la presión de sus pequeños puños.
-¿Ayer? –la voz temblorosa de la doctora empezaba a disgustarle con intensidad. -Veras linda...-trago seco. -Ayer no pasó nada, fue un día normal.
La niña abrió sus ojos a más no poder, no era tonta, empezaba a comprender a la doctora. Eso explicaba el porqué de tantos tubos inyectados en su cuerpo, su cabello molestosamente largo, sus uñas largas y su cuerpo tan ileso que era irreconocible al pequeño cuerpo lleno de moretones y rapones de ayer.
Pero aun así, se negaba a creerle.
-No... -susurró la pequeña de ojos violeta. –Yo recuerdo que ayer...
-Han pasado casi dos años.
El silencio se apodero de la habitación, fue como si todos hubieran dejado de respirar en ese preciso instante, el sonido de la máquina que indicaba los signos vitales cada vez se hacían más lejanos, (...) sintió como si fuera arrastrada a otra dimensión donde no se podía oír nada más que las últimas palabras de la doctora: "Han pasado dos años".
¿Cómo pudo pasar tanto tiempo? Y (...) estuvo así por un largo rato, no dijo nada, no lloró, e incluso parecía haber dejado de respirar.
-¿Qué pasó con mi mamá? –fue lo primero que dijo, no, susurró (...) a nadie realmente. Fue una pregunta al viento.
La doctora se conmovió con la escena, aquella pequeña niña de la que se había encargado desde que entro a trabajar para las instalaciones de salud de la mansión Akayuki, parecía ahora mismo estar más muerta que nunca. Era irónico enfatizando el hecho de que por fin había abierto los ojos tras su largo sueño. Pero parecía como si ahora ya no era su cuerpo el cadáver, si no, su alma.
Sintió lastima, realmente lo sintió.
Estaba a punto de agacharse hasta su pequeña altura y consolarla, pero justo en ese preciso momento la puerta se abrió de golpe, era un joven alto de cabello gris celestino, y vestido totalmente de negro.
El corazón de (...) se contrajo, las ganas de llorar llegaron, tenía miedo, lo recordaba, él estuvo presente ese día.
La doctora hizo un pequeña reverencia al recién llegado, y (...) lo comprendió, estaba en peligro ahí; se levantó de golpe y tiro de los cables inyectados en su cuerpo con fuerza, incluso soltó un pequeño quejido de dolor al arrancárselos con tal brusquedad -¡¿Dónde estoy?!-gritó.
La doctora alarmada saco de su bolsillo una pequeña jeringa y la niña en su instinto de resistencia activo su quirk y se rodeó de electricidad quemado el foco de la habitación dejando en oscuras, pero todavía se podía ver a (...) rodeada de electricidad, la tierra tambaleo por la fuerza de presión y la doctora callo la piso rompiendo la jeringa y la niña intento escapar pero el joven la detuvo tirándole una patada en el estómago haciéndola volar hasta el muro detrás de ella, haciéndola escupir sangre.
-¡No la lastime! –exclamó la doctora –acaba de levantarse, Shi...
La doctora no pudo terminar, la fría y gélida mirada del joven la aterró, eso y el hecho de que el joven ahora se estaba acercando a ella con a pasos lentos mientras se rascaba el cuello, la doctora retrocedía temblando.
-¡Aléjate de ella! –(...) estaba de pie y corriendo hacia el intruso a punto de atacar a la doctora, estiro sus manos en un impulso de reunir energía en sus palmas y justo segundo antes de tocarlo se sintió siendo absorbida y antes de poder siquiera reaccionar se encontraba tirada sobre el piso de una habitación fria. Se paró lentamente viendo para todos lados, no conocía el lugar y tampoco tenía idea de cómo haber llegado hasta ahí.
-¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? –susurró la ojivioleta adolorida.
-Todo a su tiempo. –Un hombre alto y con traje apareció de entre las sombras, tenía una sonrisa ladina y un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha. –Recuerda que te estas recuperando Maruí-san, no hagas mucho esfuerzo.
La niña trago seco, estaba claro que no podía confiar en él, pero alguien tenía que salvar a la doctora. -Hace rato había un hombre, él quería atacar a la doctora, ella está en peligro, haga algo por favor. –dijo firme.
-Hace un rato me entere que despertaste y mande a Tomura para que te traiga pero termino olvidando el recado y entreteniéndose con la doctora, así que esta vez mande a Black Mist y ya estás aquí.
Era un hecho, no podía fiarse de él.
-¿Quién es usted? ¿Dónde estoy? –dijo intentando mitigar su miedo, no quería demostrarlo, no frente a él. –Si no me dice dónde estoy, voy a gritar.
Sabía que era lo más tonto que había dicho en toda su vida, si quería salvarse el pellejo no tenía que ir por ahí amenazando con gritar cuando ni siquiera sabe si la escucharan.
-Inténtalo. –la retó.
–¡Sáquenme de aquí! ¡Auxilio!. –lo hizo.
-No sea infantil.
(...) cayo de rodillas con fuerza y ahogo un grito, sintió como todo su peso corporal empezaba a pesar mucho más de lo que tenía que ser. Era como si el suelo chupara su cuerpo.
-Bien hecho, no cualquier resiste tanto.
– ¿Qué es este lugar? –susurró. -Quiero irme a casa...
-Estas en casa, Akayuki (...).
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EL SUEÑO DE UN HÉROE - [Todoroki Shouto X Reader]
FanficNovela dedicada a todas las fans del anime Boku No Hero Academia, en especial a las amantes de hielito caliente de TODOROKI SHOUTO. Él tenía una infancia traumática, de esas que te hacer odiarte a ti mismo, pero a pesar de todos aquellos horribles...