"El niño quiso ser hombre;
le estaban tan mal los años
que ya no quiso ser hombre.
y ya no quiso crecer,
no quería crecer el niño
se estaba tan bien de niño,
pero tuvo que crecer."-Manuel Benítez Carrasco
Aquella tarde Axel había dormido tanto que a la noche no tuvo sueño.
Aquella noche Axel leyó, no solía hacerlo, pero la odisea realmente merecía la pena.
Cuando a las cuatro de la mañana acabó las trescientas páginas de el libro soñó con guerreros con el pelo negro como el espacio.
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Cuando el martes llegó a la parada Matt estaba donde siempre, antes que nadie. Sentado y con la mirada perdida. Sus ojos seguían brillando y su pelo absorbía la luz entre los enredos de la maña.
Pero el astronauta se llamaba Matt.
Antes de que Matt se enterara de que estaba subiendo se agachó y cogió de su mochila un bolígrafo. Escribió una nota;
Gracias
-Axel
Se metió el libro en la mochila, no quería interrumpirlo, y prefería dárselo después de bajar de el autobús a la tarde.
Cuando Matt se giró y se miraron a los ojos ninguno pudo contener una pequeña sonrisa cómplice.
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Las clases de Axel de repente habían pasado más rápido. Sus cuadernos, antes, llenos de información y garabatos, se habían llenado recientemente de el nombre de Matt.
Sentado en los asientos de atrás Axel podía ver a Matt, otra vez ansioso, mirando por la ventana.
Cuando se bajaron del autobús Matt salía con prisas.
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Axel llevaba dos horas esperándolo.
Matt no apareció hasta bien entrada la tarde.
Cuando sonaron las siete Matt, el astronauta, apareció por la puerta de cristal. Llevaba tres libros entre las manos. Sonreía como si hubiera encontrado un tesoro.
Axel no sabía que hacer, ¿lo saludaba? o ¿le daba el libro y se íba?
Axel estaba sentado en la moqueta roja, así que tubo que levantarse para devolverle la odisea a Matt.
Este miro a Axel con cara de sorpresa, él simplemente se encogió de hombros. Los dos sonrieron. Tenía que seguir estudiando así que se sentó de nuevo.
En vez de volver al sitio que había ocupado los últimos días Matt se sentó en frente de Axel.
Axel se moría de vergüenza cuando Matt abrió el libro por la primera página y leyó la nota.
"Axel, que nombre más bonito" se dijo a sí mismo.
Todo se quedo en silencio durante unos minutos, cada uno de ellos abrió un libro; Axel uno de biología y Matt abrió por la primera página el guardián entre el centeno.
Los dos intentaban coger fuerzas para dar el siguiente paso.
"¿Te gustó?" pregunto con voz ronca y entrecortada por los nervios Matt. Axel asintió. Matt pensó unos momentos y recitó "Son los cobardes los únicos que en la refriega retroceden. El valiente, por el contrario, lucha a pie firme, ya hiera o ya sea herido".
Axel tardo unos segundos a asimilar esa voz, esa frase."La odisea es el mejor libro que he leído nunca" respondió al final, con voz pensativa.
Matt sonrió "Pues no has leído nada" dijo. Axel le miro con una falsa mueca de ofensa.
Se miraron fijamente, Matt se levantó hacia una estantería. Se quedó de espaldas mientras que rebuscaba. Solo se escucho el roce de los libros un par de segundos.
Cuando Matt se dio la vuelta con un libro en la mano. El libro era azul.
Las letras doradas, ya desgastadas rezaban crónicas del espacio. Un astronauta le había regalado ese libro. La sonrisa de Axel dejaría agujetas la mañana siguiente.
"No...no es e-el mejor libro del mundo, pero es muy divertido" Añadió el chico enfrente suya con el libro aun sobre la tapa. "No tienes que venir aquí solo para estudiar" dijo se miraron a los ojos, Axel no entendía porque le decía aquello.
Matt entendió su mirada y explicó "siempre que vienes tienes ese libro en las manos" señaló con la cabeza a la mochila de donde salía el libro de matemáticas. Cuando hizo el movimiento, los ojos de Axel se fijaron, un mechón salió de su hueco detrás de la oreja y le tapó un ojo.
Matt se puso el mechón detrás de la oreja de nuevo mientras que se sentaba a una distancia prudente y volvía a abrir el libro.
Cuando Axel abrió la boca el chico enfrente suya ya lo estaba mirando por encima del libro. Este descansaba abierto, en sus rodillas.
"Mis padres me matarían si volviera a llevarles un suspenso" dijo con simpleza.
Matt palideció un poco. Axel dijo "en sentido figurado".
Siguió contándole "Veras, es que toda mi familia son médicos, mis padres lo son..."se miraron a los ojos, Matt lo miraba como si fuera lo más interesante que había escuchado nunca. Concentrado. "Y adivina quien no lo será si suspende otra vez" Matt señaló a Axel. "Por eso tengo que venir aquí".
"¿Pero tu quieres ser médico?" le pregunto Matt.
"No" lo tenía muy claro cuando respondió.
"Entonces, ¿porque vas a estudiar medicina?" pregunto otra vez.
"Supongo que no quiero decepcionar a mi familia, bueno, en realidad a mi padre" respondió sinceramente Axel.
Matt le dio una mirada indescifrable.
Axel siguió con la conversación. "y tú ¿que vas a estudiar?".
"Realmente no lo sé" dijo pensativo.
"¿Que te gusta? algo harás"
"No todos podemos". Y se levantó de sopetón, "¿que hora es?" preguntó aceleradamente.
Axel lo miro detenidamente. Todo el pelo se había soltado de las orejas. Parecía perdido.
"Son las ocho" dijo Axel.
"Mierda" soltó Matt, era más un suspiro que una palabra, cogió dos libros de el suelo y salió corriendo.
Cuando su silueta se perdió por el marco de la ventana Axel se fue a casa.
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Perdidos en el universo [BxB]
RomanceMatt y Axel se conocen por casualidad. Dos chicos totalmente diferentes. Uno ama el espacio, el otro la música. Los dos tienen problemas. Una historia de amor y amistad entre dos astronautas que llevan años dando vueltas en la nada, perdidos en el u...