¿Qué probabilidad existe de que dos personas se vuelvan a encontrar después de años? La probabilidad era mínima y más cuando viven en distintas ciudades, pero en esta historia, la posibilidad de un reencuentro, era mayor.
Camila y Kendall tomaron caminos diferentes, pasaron por demasiadas cosas, buenas y malas, momentos felices y tristes. Pero, no tenían ni la más remota idea de que se encontrarían de nuevo, no después de años...
KENDALL POV:
Vaya, las calles de la ciudad de Nueva York sí que eran frías.
Me había mudado a la gran ciudad hace aproximadamente nueve meses atrás ¿por qué? Simplemente me encantaba la ciudad. Había visitado el lugar con un par de amigos de la universidad y a decir verdad, me encantó.
Durante el tiempo que estuve en México estudiando, tuve demasiado contacto con mi mejor amiga, Brenda. Le comenté mis planes para cuando me graduara, sabía que quería mudarme a la ciudad de Nueva York cuando tuviera el título en mis manos. Desgraciadamente, no pude mudarme tan rápido, tuve que esperar unos cuantos meses ya que no es nada fácil mudarse de país en un abrir y cerrar de ojos. Además, tuve que esperar a Brenda, ella tuvo que viajar a México para después viajar juntas a Nueva York ¿parece una locura, cierto?
Ahora, vivía en un departamento con mi roomie, Brenda. Era bastante genial poder compartir el que se había convertido en mi gran sueño con una de las personas más importantes en mi vida.
Hablando de lo laboral, Brenda trabajaba en una empresa de bienes raíces y yo, bueno, cuando llegué a México, lo que en realidad me encantaba era la pintura y aún la sigo amando pero, admito que al estar allá y al conocer un poco más de la carrera universitaria que elegí, me llamaron la atención varías actividades más, entre ellas: la elaboración de tatuajes. Conocí a alguien que tenía un estudio de tatuajes y esa persona me ayudó y me enseñó a tatuar. Admito que se convirtió en una de mis más grandes pasiones y al estar en Nueva York, lo primero que hice fue buscar algún lugar en donde me dieran la oportunidad de mostrarles mis habilidades y poder trabajar con alguno de ellos y así lo hice.
Por fortuna me dieron empleo y en poco tiempo formé parte de uno de los mejores estudios de toda la ciudad.–¿No irás al estudio? Pensé que tenías citas agendadas para hoy–preguntó Brenda, al verme sentada en el sofá.
–Iré pero más tarde, aún tengo que terminar algunos bocetos –sonreí un poco y relajé mi cuerpo encima de aquel sofá.
–¿Cansada? –mi mejor amiga se sentó a un lado mío.
–Un poco –respondí –Ultimamente no he dormido bien y no me preguntes porqué, la verdad no tengo una respuesta coherente.
–¿Todo bien, Ken?
–Sí, todo bien. Sólo que no sé, de nuevo siento ese vacío en mi pecho –me encogí de hombros y miré el suelo.
–Ahí vas de nuevo... –Brenda se puso de pie mientras negaba con la cabeza –Debes olvidarte de eso, han pasado años, Kendall.
–Yo sé pero no puedo evitar sentirme así, sabes que no he podido olvidarme de esa sensación.
–¿En serio? ¿Y cómo explicas toda la cantidad de tatuajes en tu cuerpo? –preguntó con una pequeña sonrisa.
Bajé la mirada un momento a mis brazos y miré detalladamente cada línea de tinta que había en mi piel. Comencé a tatuar mi cuerpo cada vez que me sentía vacía.
En el primer año que estuve en México, decidí tatuarme por primera vez, con el tiempo crecieron mis ganas de seguir modificando mi cuerpo y no me detuve. Mis brazos estaban completamente tatuados, desde los hombros hasta mis muñecas, y un próximo tatuaje en mi espalda sería el siguiente.
Quizás sonará loco pero, la única manera en la que yo podía olvidarme de esa sensación, era sintiendo aquella aguja entrar y salir de mi piel, marcándola con tinta y eso lo sabía Brenda.
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Sólo tú.
Romance"Sí dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos". Segunda parte de la novela "Ella, mi problema".