KENDALL POV:
Ya habían pasado unos cuantos días desde mi encuentro con Camila y a decir verdad, me sentía bastante estúpida. Me sentía como toda una adolescente, mirando mi celular cada segundo para revisar si tenía una llamada o tan siquiera un mensaje de esa persona en especial pero, como era de esperarse, eso no pasó.
Sólo miraba mi reflejo en mi celular, fracasada.
–¿Se puede? –preguntó George.
–Claro, George, pasa –dejé el celular en mi pequeño escritorio y puse toda mi atención al chico.
–Te ves un poco mejor –dijo, sentándose enfrente de mí.
En los últimos días, me sentía extremadamente agotada, sentía que necesitaba un par de días sólo para pensar en mí y en nadie más.
–Eso creo –reí leve –Necesitaba un pequeño descanso.
–A todos nos viene bien los días de descanso –rió –Pero bueno, lamento hacerte saber que volviste al trabajo y vengo hablarte de ello.
–Ponme al tanto.
–Sabes que se tuvo que cambiar las fechas de las 3 citas de los últimos dos días ya que, estabas en descanso. El miércoles tenías una cita con una chica y cuando le hicimos saber que se cambiaría la fecha, dijo que no podría pero, dijo que vendría en estos días para volver hacer la cita.
–Perfecto.
–Y ayer jueves, tenías dos clientes pero ambos estuvieron de acuerdo con el cambio, ellos se presentarían el día de... –dijo revisando su bitácora– mañana.
–¿Eso quiere decir que no tengo ningún cliente para hoy?
–Así es, a la chica que canceló le tocaba hoy.
–Vaya, un tercer día de descanso –reí.
–Vaya que eres afortunada –bromeó –Igual sabes que puedes quedarte aquí, o irte, como gustes.
–¿Sabes? Creo que me quedaré aquí, terminaré de hacer unos bocetos –sonreí.
–Está bien –George se puso de pie –¿Necesitas algo? –preguntó.
–No, George, gracias. Sólo cierra la puerta cuando salgas, por favor.
–De acuerdo, nos vemos después.
–Gracias, adiós.
Estando en mi estudio, sola. Puse un poco de música en volumen bajo mientras hacía un dibujo sin ningún objetivo, en realidad. Sólo comencé a dibujar, sin pensar en qué. Después de unos minutos, unos ojos estaban plasmados en mi libreta de dibujo. Pero, esos ojos eran muy familiares para mí...
Seguí dibujando el resto del rostro, cejas, nariz, boca... después hice hasta el más mínimo detalle. Después seguí con el cabello y luego, alrededor de una hora y media, tenía terminado el dibujo del rostro de una persona muy conocida. Era Camila.
Solté un inmenso suspiro al ver lo que había dibujado. Era idéntica a ella, supongo que mi cabeza no olvidó cómo lucía aquel día que la miré ya que, era exactamente igual a como la dibujé.
Dejé mi libreta en el escritorio mientras seguía mirando lo que había hecho, pasé mis dedos delicadamente por encima del rostro y en ese momento la realidad cayó en mí, extrañaba a Camila. Y eso, no era para nada bueno.Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuché que alguien tocó la puerta.
–Adelante –dije.
Era George.
–¿Ocupada? –me preguntó, asomando sólo su cabeza.
–No, George, adelante ¿qué pasa?

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Sólo tú.
Romansa"Sí dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos". Segunda parte de la novela "Ella, mi problema".