Prólogo.

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Observa a la gente de su alrededor. Están tan felices por volver a ver a sus familiares y queridos que sueltan las maletas sin que les importe demasiado el contenido de estas. Ojalá él hubiese ido en un vuelo privado, ya estaría allí, con ella, pero su avión comercial se ha retrasado. La mandó un mensaje de que llegaría dos horas más tarde, aun así ella, que ya había salido hacia el aeropuerto cuando lo recibió, no dio la vuelta. La casa se le caía encima sin él, y solo pensar que estaría dos horas más sola le daban arcadas. Se sienta en una de las sillas de la sala de espera y saca los auriculares para escuchar la voz del gran Freddie Mercury. Los minutos se le pasan más amenos con música, sobretodo porque le recuerdan a él. En realidad todo le recuerda a él. Durante todo el mes que ha estado sola, no ha dejado de abrazar su almohada, se ha echado su colonia, se ha puesto su ropa. Se ha sentido muy sola, pero ya, se acabó. Va a volver y no va a tener que separarse de él en mucho tiempo. Entonces el teléfono suena. Lo saca a una velocidad increíble y mira el mensaje. 

"Ya estoy aquí. Cojo el equipaje y salgo. Te quiero, Cat."

Su corazón da un vuelco a leer las últimas palabras. Se las habrá dicho mil veces, y aun así su pecho suena como un tambor. Se levanta de la silla y pasea de un lado a otro, jugando con su anillo de rodio y platíno. Tiene una bola de nervios en la boca del estómago, estaría en el baño vomitando de no ser por estar esperando. Coge aire, lo suelta, y cuando se gira, le ve. Para cuando quiere decir algo, ya está frente a ella, con una rosa azul en la mano. Él la golpea con un beso, estar tanto tiempo separados ha conseguido que al verse, la llama de la pasión se encienda como si le hubiesen echado gasolina. Ella tiene ganas de saltar a sus brazos, pero en medio del aeropuerto le parece poco apropiado y sabe que luego la regañará por hacerlo. Se separan mirándose con lujuria, recuperando el aliento poco a poco. Ha sido solo un mes, pero lo sienten como si hubiese sido un año completo. Le abraza por el cuello y él le da un tierno beso en el pelo. 

-Te he echado tanto de menos...-Susurra en un suspiro. 

-Y yo a ti, Cat.-La aparta y le extiende la rosa.- No tendrás que volver a perderme de vista.

Los dos ríen según pronuncia la última frase, es una burla al día en el que se conocieron. Se miran a los ojos, de la misma manera que los recién casados lo hacen, y se funden en un beso. 

Aquí y ahora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora