Recuerdo que lo primero que vi cuando crucé la puerta de la casa de mis padres fue a mis hijos, seguían igual de hermosos, igual de pequeña e igual de pequeño, recuerdo el rostro de confusión que llevaban durante los dos primeros segundos, en el tercer segundo juntos hicieron un gesto de sorpresa, al quinto gritaron entre risas, y al sexto yo ya estaba llorando de tan solo verlos. Solté las maletas, y corriendo hacia ellos, los abracé, los besé y los miré cómo el tesoro más grande que pueden ser.
¡Cómo estás campeón! - Dijo con voz energética mi padre
Ahora soy el más feliz del mundo - respondí entre lágrimas
¡Ven abraza a tu madre! - dijo seguidamente mamá, mientras papá venía a cargar a los bebés.
La abracé muy fuerte, juro que lo hice así. Luego de saludarnos, recuerdo que tomamos el desayuno todos juntos, dado que era sábado y papá estaba libre, en la mesa, mamá tenia entre brazos al bebé, recuerdo como le limpiaba su rostro, pues es un tremendo comiendo mi pequeño, y yo, entre brazos, a la bebé, dándole su puré de manzana, ese que tanto nos encanta comer, me encanta darle de comer a los pequeños, me turno una comida con cada uno. Cuando terminamos, conversamos sobre cómo habían ido las cosas en mi ausencia, y por suerte los bebés no les dieron mucha molestia a mis padres durante ese tiempo. Les conté, que gracias a mi amigo, pude en esas 3 semanas ganar lo que ganaría en 3 meses.
Después del desayuno mis padres salieron con los niños a pasear, volverían aún en la tarde, así que yo podía tomarme el día para ordenar mis cosas y pensar en cosas como por ejemplo, que haría con mi casa, o pues, simplemente irme a descansar.
Cuando termine de ordenar mis cosas, vi que mamá había ordenado una parte del cuarto, y ¿saben?, al final, un poco de ayuda no me había ido tan mal, el único detalle, era que había dejado a planea vista, no sé si por error o descuido, la caja de recuerdos. Llevaba buen tiempo sin abrirla; recuerdo que la última vez que la abrí fue cuando tuve que reordenar mi casa, al momento de abrirla vi por encima de todo el folder, lo abrí y cayó suavemente aquella margarita, aquella que guardaba en sus pétalos un momento especial, la recogí y me quede viéndola un buen rato, no fue hasta que mi celular sonó cuando reaccioné, era papá, dijo que había comida en la refrigeradora y que almuerce antes de irme a descansar, mientras camine hasta la cama le dije que los esperaría. Cuando deje el celular en la mesa de noche, también saque todo lo que tenía en mis bolsillos, papeles, documentos, la billetera y saque la margarita, que la había guardado cuando papá llamo, pero esta no la puse en la mesa, la deje conmigo, me acosté y pensé en ella, pensé en ese día, cuando cerré mis ojos pude ir hasta aquel momento, y de tanto pensar, unas lágrimas empezaron a caer en mi almohada, y mi corazón empezó a latir más de lo debido, me empecé a agitar y lo único que hacía era llorar despacio, como si alguien me fuera a escuchar, como si hubiera alguien a mi costado, como cuando era un niño, así que puse la margarita encima mío, entrelace mis manos y creó me dormí.
Cuando llegaron mis padres con los niños, me sorprendieron, entraron al cuatro y me trajeron una deliciosa porción de torta tres leches, una de mis favoritas, por no decir la mejor. Después de dejarme a solas con los niños, papá y mamá fueron a cambiarse y luego bajarían a servir la cena. Anthony tenía una mancha en su pantalón, y decidí quitársela, cogí un paño húmedo, el alcohol y empecé a frotar, tenía a Hazel a mi derecha con las toallitas húmedas y Anthony estaba en mis piernas, ella mi asistente y el mi paciente, los tres en la cama, les dije que terminando comeríamos juntos la torta, y una vez que termine de sacar la mancha me di cuenta de que había usado algo de 10 toallitas y Hazel hacía gestos indicando que ya no habían, senté a Anthony en medio de la cama con ella y voté la bolsa de toallas, salí por la puerta para pedirle a mi mamá que me alcanzará una cuchara pequeña, espere hasta que subiera y cuando llego me dijo:
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Desde que ...
AdventureLa vida; nos hace sentir todo, y ¿que hermoso no?, pero que pasa si un día se nos arranca parte de esa felicidad y tenemos que seguir adelante, y seguir luchando, no por ti, si no por tus más grandes motivos. Toca vivir, volver a empezar, crecer y s...