Twenty eight

296 9 0
                                    

Estaba realmente ansiosa por ver a Cameron de nuevo, nada ni nadie podía negárselo y aún menos a su subconsciente, que no dejaba de imaginarse la cara que pondría cuando le dijera todo lo que tenía pensado decir.

Ayline llegó al establecimiento y con la mirada estuvo buscando a Cameron, hasta que finalmente en una de las mesas lo encontró.

Había pedido su bebida favorita, un café mocha con extra de nata y canela.

— Hola — dijo nada más verle.

Cameron no se movió del sitio, solamente le sonrió y le indicó con la mirada que tomara asiento frente él.

— ¿Cómo estás? — cuestionó con el corazón en un puño.

Sabía que estaba mal por ella y no podía perdonárselo.

— Ayline, estoy aterrorizado, no sé si después de esto volveré a verte, no sé qué me vas a contar, no sé qué va a ser de nosotros. — tomó aire después de decir todo.

Ayline lo tomó de la mano, no quería verlo de aquella manera, sentía como poco a poco iba desvaneciéndose.

— Tranquilízate, por favor — suplicó. — Te contaré todo y espero que puedas comprenderlo.

Cameron asintió no muy convencido, cosa que puso más nerviosa a la chica.

— Nunca le he contado esto a nadie, ni siquiera a mis mejores amigas, he decidido contarte esto a ti porque eres lo suficientemente importante para mi como para que lo sepas.

Sintió como Cameron apretaba su mano. Ayline mirándolo directamente a los ojos.

— ¿Recuerdas a Kevin? — decir su nombre provocó en Ayline un sudor frío.

— Creo que nunca he estado más celoso de nadie — repuso.

— Estoy unida a ese chico y no existe manera de poder liberarme de él.

— ¿Qué? — preguntó perplejo.

— Mi padre es un hombre de negocios muy importante de Francia, donde yo vivía antes de venir a Estados Unidos, el padre de Kevin era uno de sus socios con más poder, juntos tenían multitud de empresas, tenían un imperio enorme, como para crear Francia una y otra vez.

Cameron abrió sus ojos impresionando.

— Kevin es el único hijo de los Riva, —siguió —totalmente consentido y caprichoso, siempre consigue lo que quiere y es una persona sin escrúpulos. No le importa qué tenga que hacer si así consigue su cometido.

Suspiró profundamente, tenía miedo de oír esto en voz alta y comprobar que a día de hoy, seguía teniendo veracidad.

— Kevin llegó a darle una cifra muy elevada a mi padre con tal de que me fuera a vivir con él, con tal de pasar el resto de mi vida con él, con tal de hacer cualquier cosa que no fuera estar separada de él. —tragó saliva antes de continuar.

— ¿Y tu padre aceptó? ¿Qué clase de padre hace eso? — Espetó comenzando a enfadarse.

— Adopté sus apellidos al ser menor de edad cuando mi madre se casó con él. Mi padre nos dejó cuando apenas tenía diez años, entonces mi madre lo conoció, hasta el día de hoy.

A medida que Ayline iba contándole toda la historia a Cameron, iba quedando más perplejo de toda la realidad que le estaba permitiendo conocer de ella.

— Mi padre o el señor Ricci, recibió el dinero sin pensarlo. Nunca nos llevamos bien y para él no suponía nada, para mi madre tampoco fui gran cosa, siempre estaba ocupada intentando complacer a su marido.

Cameron bajó la mirada buscando las manos de Ayline y las besó.

— No sabes cuanto me alegro de estar en este lugar, de estar contigo créeme. No sé cuanto tiempo me queda hasta que Kevin quiera de nuevo tenerme cerca de él. Ese tipo realmente está obsesionado conmigo.

— Pero no lo entiendo... ¿por qué haría alguien eso? ¿Cómo lo pasabas con él? Dios mío... no sé se si quiero saberlo.

— al principio no era tan malo, su casa también era grande, y sus padres me dieron más cariño del que nunca me hubo dado mi madre. Incluso llegué a acostumbrarme a estar con Kevin.

— Sigo sin entender como llegaste hasta aquí. — dijo confuso.

— Soy una persona que odia las ataduras, un día comencé a recapacitar todo lo que estaba viviendo y realmente me repugnaba la idea de ser un objeto. De que alguien me hubiera comprado.Cuando una noche Kevin se marchó con sus amigos me vi embelesada por la idea de escapar de esa vida, busqué entre mis ahorros y saqué un billete a Los Ángeles. No me importaba nada quien me esperase al otro lado del charco. Pero te encontré a ti. — Dijo sonriendo.

Cameron la miró a los ojos, sintiendo que el mundo se paralizaba cada vez que hacía eso.

— Pero él va a volver Cameron, lo sé. Puedo notarlo, llevo varios días sintiendo que me siguen y estoy empezando a asustarme.

Y yo nunca he tenido miedo.

N o t a : hola! Espero que estéis disfrutando de la fic casi tanto como yo escribiendo estas partes de salseo y puro bardo, qué les parece? 🌚❤️

Disfruten leyendo chicas 💕

Ayline; Cameron Dallas Instagram Donde viven las historias. Descúbrelo ahora