No Interactues, No Confies

1 0 0
                                    

Doce son los días que han pasado desde que instalaron la muralla que separaba la costa del mar, doce son los días que levo atrapada aqui.
<<No interactues, no confies>>, me dijeron, pero, ¿Cómo diablos saldré de aquí entonces?
-!Ey!
-‎¿Es a mí?
-‎¿A quien si no? Eres la única bañándose a estas horas de la madrugada, ¿estás bien?
<<No interactues, no confies>> Aquellas palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza. Pero es imposible.
-No, tengo un problema.
-‎Podria intentar ayudarte, pero sal del agua por favor, hace mucho frio.
-‎No puedo.
-‎¿Por qué? ¿has perdido el bikini? ¿Un calambre? ¿Lesión?... - Aquel chico no dejaria de preguntar aun si Le adentrara dentro del agua.
-‎Basta. – Dije con fastidio por la situación.
No respondió.
Apenas Le veía, solo conseguía diferenciar su figura.
No me queda otra, pensé.
Intenté fijar la vista en busca de más individuos, pero no encontré a nadie más en la playa.
-Soy una sirena.
No dijo nada, pero esta vez el silencio se hacía más incómodo, ¿qué pasaría ahora? ¿Querrá capturarme? ¿Matarme?
– Puedo ayudarte. – Dijo de repente.
-– ¿En serio? – no podía creerlo, tantas historias en donde los humanos eran el villano, y ahora iba a ser salvada por uno.
– Deseas cruzar la barrera, ¿me equivoco?
– No... - Logré pronunciar, puesto que no me esperaba tal respuesta.
-Espérame, voy a por mi barca.
Esta vez fui yo la que no dijo nada y aguarde hasta su refreso. Mientras me sumergi en el agua.
Estaba confusa, sabe de mi existencia ¿Guardará el secreto? Si no lo hace todo lo que conozco será arrasado tarde o temprano, debo hacer algo.
Vi como el chico se iba acercando con su pequeña barca, sin decir nada me volví a sumergir y me diriji hacia el muro, el hizo lo mismo.
– Agárrate a mi y te impulsare hacia arriba, lo suficientemente alto como para que puedas pasar al otro lado.
– Gracias, pero prometeme que no Le contaras esto a nadie.
– Guay.
No entendí muy bien la respuesta, pero no me importaba.
Sujete su mano con fuerza y conseguí alcanzar el muro, me senté en lo alto y Le observe, ahora podía ver mejor su pelo revuelto por el viento y sus ojos ojos claros, estaba sonriendo.
Una ola de tristeza me invadió, pero era lo correcto.
<<No interactues, no confies>> De nuevo esas palabras. Empecé a cantar. El extraño que me ayudo se quedó mirándome, pero no reaccionaba, yo seguía cantando, tarde o temprano acabará en el fondo del agua. Empecé a desesperarme. De pronto con un movimiento rápido me tiró de la cola haciendome caer en su barca, el fuerte impacto me dejó aturdida, apenas podía moverme, el empezó a atarme, terminó y se sacó unos tapones que tenía puestos en los pidos. Mis párpados pesaban, no podría mantenerme despierta por mucho tiempo.
Lo último que vi fue su sonrisa llena de malicia.
Por mi mente aquellas palabras me condenaban <<No interactues, no confies>>

Pequeños Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora