LAS MEMORIAS DEL AMOR (Yuri - Chica X Chica)

CAPÍTULO IV

- a correr! Diez vueltas a la cancha, ya-

Ahí estaba, como cada viernes, la clase de deportes. Los entrenamientos de la maestra eran espartanos, lo más aterrador acerca de ella eran sus voz grave y la manera de decirte las cosas, por ejemplo

"-maestra, tengo dolor de estómago. Puedo descansar en el salón?-
- Que! Estas fingiendo, ahora por la mentira darás diez vueltas mas-"

Y así fue como termine desnatada a la segunda. Hoy tocaba practicar voleibol y gracias a mi estatura me era imposible realizar un saque decente.

- oye! Hazlo bien o te reprobare! -

- maldita vieja -  susurre. Lance el balón y lo golpee con todas mis fuerzas, al fin paso la red.

- buen saque Hanna - me decía una de mis compañeras.

- gracias - sonrió

- la siguiente! - gritaba la maestra, en ese preciso momento sólo la campaña anunciando la salida del primer turno, para mi mala suerte hoy tenía un tercer turno, lo que significaba que me quedaría a practicar pases por una hora más.

- descansen, ahora vuelvo - anuncia la maestra saliendo de la cancha.

- ah...estoy cansada -

Como era costumbre me aleje del grupo y busque un asiento cerca. Como odiaba estar en shorts, realmente lo odiaba pero la maestra no me dejaba practicar con pantalones deportivos.

Muchas chicas de uniforme salían apresuradas hacia la salida - suertudas - murmuraba mientras   tomaba un sorbo de la botella de agua que siempre llevaba en mi bolso.

- hey -

Alzo la mirada, era ELLA.

- que tal - sonrió como normalmente lo hacia al estar junto a ella - hoy te vas en el primer turno?  -

- a...si y tu ? -

- pff que no vez? Si también tuviera hasta el primer turno no estaría vestida así, sabes que odio ponerme este tipo de ropas - mascullo

- ti tienes razón - rie nerviosa - te queda bien, tienes lindas piernas -

Que? Que dijo? Rápidamente me avergüenzo llevando la temperatura de mis mejillas. Busco desesperadamente mi deportivo para cubrirme.

- como puedes decir eso - al fin encuentro la chaqueta y me cubro.

- jajaja no tienes porque molestarte, ambas sólo chicas y tenemos lo mismo-

- per pervertida eres - digo comenzando a reirme - ahora me vas a decir que quieres tocar jajajajaja - sigo riendo estrepitosamente.

- lo haría si tu aceptas -

Al escuchar eso me quedo callada.

- estas loca - respondo al fin - bueno ya debo irme, aún debo entrenar con la malvada bruja en digo maestra - me ató la chaqueta a la cintura y voy corriendo hacia las demás.

Que acaba de pasar? Encerio me propuso algo así? Claro que no, es imposible.

- cuidado! -

Tal vez fue sólo mi imaginación.

Algo duro golpes mi cabeza dejándome aturdida sobre el suelo.

- Habla! Estas bien? -

- Eh? Que fue...-

- lo siento Habla, estaba practicando los tiros y este se desvió y cayó sobre ti. Encerio lo siento! -

- mm? Sangre? - la blanca camiseta estaba llenándose de sangre.

Al ser un montón de niñas lloronas mimadas comienzan a gritar y otras hasta casi quedar desmayadas. Yo por mi parte me levanto y voy directo al baño, necesitaba limpiarme.

- Hanna! -

- mm? Alex? Que haces aquí -

- lo siento, estaba preocupada -

- no es nada, sólo es sangre -

- ven, te ayudo a limpiarse -

- de ninguna manera, te ensusiaras -

- no hay problema - de su bolsillo saca un paquete de pañuelos desechables y comienza a limpiarme delicadamente.

- gracias - murmuró una vez lista.

- no es nada - responde sonriendo mientras se lava las manos - por cierto, te vi hablando con esa chica de la otra clase, parecían bastante cercanas -

- eh...eso es porque fuimos compañeras en los primeros años y aunque luego  nos pusieron en diferentes clases aún hablamos de vez en cuando -

- ya veo, le dije a la maestra que tuviste un accidente y permitió que te fueran antes -

- que bueno, después de todo creo que fue bueno que me golpearan con el balón -

Sus labios rosan los míos, al principio es suave y lento pero sus brazos me rodean la cintura y automáticamente subo los míos hacia su cuello. Ya me había acostumbrado a sus repentinos ataques, la mayoría de las veces se cersioraba de que nado se encontrará al rededor y como podía negarme ella tenía necesidades y yo más que nadie la entendía así que sólo me relajaba e intentaba pensar en otras cosas.

- te escribo más tarde - y como vino se fue.

Termine se cambiarme para salir en dirección a casa, sólo quería descansar.

- hey -

Un golpe en la espalda me hace girar, era ELLA.

- que pasó? Aún sigues por aquí? -

- es que hoy quiero retarte a unas partidas en los videojuegos -

- Eh? Pero...-

- nada nada, ven -

Y así fui arrastrada has llegar a un local, donde la mayoría eran chicos de nuestra edad.

- no quiero entrar ahí -

No me escucho y se fue a comprar una fichas, suspiro con pesar e ingreso detrás de ella.