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(T.N)

"Cariño, ¿Y si vamos a un lugar más tranquilo?" Susurró Tae mientras me apretaba más cerca de su cuerpo.

Apenas podía escucharlo con todo el ruido de la fiesta. Su aliento apestaba a alcohol, pero aun así sonreí y me acerqué para besarlo en la comisura de los labios. Él rio recargando su mejilla en mi hombro, podía sentir su respiración en mi cuello. Me dio un poco de escalofríos, pero se perdieron cuando sentí como sus labios comenzaban a besar la piel descubierta de mi hombro hasta llegar a mi cuello. Dejé ir un pequeño gemido y él soltó una suave risa. Lentamente colocó una de sus manos en mi cuello forzándolo a estar cerca de sus labios, pero no tardó en elevarla un poco para acariciar mi rostro con su pulgar, pasándolo una y otra vez sobre mis labios, como si gozará de sentir las formas que estos hacían con cada quejido...

Ya conocía a Tae desde hace un tiempo. Más él no era mi amigo... o mí novio. Era amigo de Jimin.

Nunca habíamos hablado más de lo necesario, tan solo lo había visto un par de veces cuando Jimin llevaba a sus amigos a nuestra casa. Siempre pensé que era lindo, pero nunca imaginé que un día nos besaríamos de esta forma.

Para Jimin era fácil llevar a sus amigos a casa, pues nuestros padres casi nunca estaban, pues ellos trabajaban. Por lo regular cuando ellos venían, Jimin me pedía que me quedará en mi cuarto o que fuera a la casa de una amiga. No voy a mentir, eso me fastidiaba un poco, pero tampoco me quejaba; ya que realmente no me agradaba la idea de convivir con ellos, después de todo no eran mis amigos, sino los de él.

Yo era tan ajena a su vida social, que en ocasiones, en cuando salía de mi cuarto, para tomar un refrigerio o ir al baño; él y sus amigos guardaban silencio hasta que yo volviera a mi habitación. Era bastante incomodo, pero a ellos parecía causarles gracia, ya que una vez regresaba a mi cuarto, podía escuchar como reventaban en risas.

Pero una vez, una vez las cosas fueron diferentes. Había ido a la cocina por unas galletas que recordaba que mi mamá me había comprado. Ella sabía que eran mis favoritas.

Las estaba buscando como loca, pero no aparecían por ningún lado. Pude haberle pedido ayuda a Jimin, pero no quería hacerlo, no quería que supiera que había salido de mi cuarto, no después de todo lo que me había costado llegar a la cocina a hurtadillas.

Seguí buscando y entonces me di cuenta de que aún faltaba un lugar por revisar, los gabinetes sobre la barra. Los miré con una mezcla entre alivio y frustración, yo no podía alcanzarlos. Siempre que quería algo de ellos le pedía ayuda a Jimin o usaba una silla del comedor. A veces cuando era algo que se encontraba en el fondo, incluso Jimin tenía que usar la silla.

Pero entonces, nada de eso era una opción, el comedor estaba fuera de la cocina, y realmente no me atrevía a salir. Así que me paré sobre las puntas de mis pies y con las yemas de los dedos traté de alcanzar uno de los gabinetes. Me estiré lo más que pude, y apenas pude abrirlo. Para mi suerte, la caja de galletas estaba ahí, y no tuve que seguir buscando, pero ahora seguía lo más difícil. Alcanzar la caja.

Era frustrante ver como esta estaba justo frente a mí, y yo simplemente no podía tomarla. Lo intenté una y otra vez, dando pequeños saltos, tratando de no hacer muchos ruidos, lo último que necesitaba era que alguien me descubriera.

Pronto empecé a cansarme, yo no tenía porque estar batallando tanto por unas galletas.

Quería gritar, pero no lo hice, no podía hacerlo. Me rendí. Coloqué mis manos sobre la barra y traté de calmar mi respiración, estaba agitada y lo único que quería entonces era recuperar el aliento para volver a mi habitación de la misma forma en que salí.

"La Hermana de Jimin" (JK & Tu)(+15)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora