Capítulo 2

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-¿Qué haremos ahora? – Matt apoyo sus manos sobre la mesa, todos ya habían terminado de comer y nos alistabamos para salir del lugar.

-Deberíamos separarnos en grupos, a los niños no les gustará lo mismo que a ellos. – El papá de Matt tomó en brazos al hermano más pequeño, tenía razón, yo no pensaba si quiera en ir a un parque y seguro era lo que nuestros hermanos querrían. Mi mamá, mi tía, Matt y yo decidímos ser un grupo, mientras mi tío se íba con los más pequeños.

-¿A dónde quieren ir? – Mi tía se dirigió a Matt y a mí, yo estaba decidida en ir al mall, me encanta pasear por esos lugares.

-Al carting. - ¡Espera! ¿Qué? ¿Carting? Ni muerta.

-Me parece bien. Es divertido. – Mi mamá como siempre del lado del idiota de Matt.

-¡No! Vamos al mall. – Insistí, quizá podría convencerlas de que ignoraramos las estupideces del castaño y nos vayamos al mall.

-Mañana iremos ahí. – Mi mamá tomó mi hombro como para que me callara, pero no quería ir al carting. Y sin escucharme más subimos al taxi camino a mi muerte.

-Te dije que me vengaría. – Matt susurró a mi oído una vez que bajamos del taxi.

-Estúpido rubio oxigenado. – Gruñí.

-No soy rubio. – Me fulminó con la mirada, si odiaba que le dijeran algo, era que le digan rubio, yo lo sabía. – Soy castaño oscuro. – Sus intentos por ser moreno no dan resultado.

-Lo que digas rubio. – Pasé por su lado hasta la puerta de aquel lugar que estaba decorado como una pista de carreras, con esas banderas a cuadros blancos y negros en todas partes, y llantas decorando la entrada. Avancé hasta la entrada.

-Esta cerrado. – Sonreí. – Bueno lo intentamos, nimodo. – Comencé a caminar en dirección a la calle a buscar otro taxi.

-Pero solo falta una hora para que abran. – Matt hizo un puchero en dirección a su madre y a la mía, maldito Matt manipulado y embustero.

-Podemos esperar. – Mi tía y mi madre siempre del lado de este idiota. Rodé los ojos dandome por vencida, diga lo que diga, no cambiarían de opinión. Comenzamos a caminar buscando algo que hacer mientras esperabamos que abra el lugar de mi muerte, las calles estaban completamente vacías, difícilmente pasaba un auto por aquí, había unas jardíneras al medio de la calle separando la avenida de ida y de vuelta, caminamos por esta, los árboles al menoz nos cubrían un poco del sol y el calor infernal de esta ciudad, estaba muy vacío.

-En temporada de clases esto es más lleno. – Matt habló como si hubiese leído mis pensamientos, giré a verlo.

-No parece. – Dije simplemente, estaba muy enojada para poder reaccionar de buena manera, Matt paró en seco y cruzó sus brazos sobre su pecho.

-¿Por qué eres tan negativa? – Fingió una cara de enojo que me hizo soltar una risa.

-No soy negativa. – Me defendí, definitivamente no soy negativa solo no estoy de acuerdo con Matt.

-De todo lo que hacemos no estas de acuerdo o no te gusta. – De nuevo ese puchero que le da un aspecto tan tierno que nadie le puede decir que no.

-Esta bien, lo siento. – Me di por vencida y sonreí hacia él.

-Esa sonrisa es la que me encanta. – Sonrió el también provocando que los colores suban hasta mi rostro, mis manos comenzaró a temblar y no podía articular palabra alguna.

Después de caminar sin rumbo por casi una hora retornamos al carting, cada paso que dabamos hacia ese lugar me aterrorizaba más y más. Entramos en el carting, una pista rodeada de neumáticos en la que muchos go cars daban vueltas a altas velocidades se hizo presente frente a nosotros.

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