El secreto mejor guardado

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Kid llevaba poco más de una semana en el regimiento, lo consideraban menos que un aprendiz, un chico de 16 años en el ejército era motivo de burla para sus demás compañeros que lo veían como una mascota más que como otro compañero, no entendían porque habían dejado enlistarse a alguien tan joven, nunca antes había sucedido, la primer semana estuvo llena de burlas y bromas hacia el pelirrojo que simplemente los ignoraba, hacía como si no existieran y eso causaba que se ensañaran todavía más con él, pero al iniciar la segunda semana, todo cambió, habían comenzado con pruebas físicas más agotadoras que la primer semana, los hacían correr varios kilómetros antes de desayunar, atravesar el campo de obstáculos bajo la lluvia unas decenas de veces, la gran mayoría terminaban agotados, y poco menos de la mitad no terminaban la rutina pero Kid lo hacía con tremenda facilidad como si se tratase de un juego, los líderes del regimiento lo habían notado de inmediato, desde que había ingresado, el general Lucci había llevado a ese chico personalmente y les había ordenado que le dieran el entrenamiento de los soldados, que no tuvieran consideraciones con él por ser más joven y que de ser posible le presionaran hasta saber cuál era su límite, por eso es que hacían a todos hacer aquellos ejercicios tan agotadores, no había castigo por no hacerlos, de hecho los sargentos no tomaban importancia al resto del regimiento, solo estaban concentrados en Kid, ese chico superaba cada día más sus expectativas, hacían un reporte diario al general Lucci, hoy se encontraba corriendo por el campo de obstáculos cuando fue llamado

− ¡Red!, ¿quieres venir un momento?

Uno de los sargentos le hablaba, debido a que no podía utilizar su verdadero nombre ya que no quería exponer su verdadera identidad, Doflamingo lo había registrado como Red, una tonta broma de su parte ya que su cabello era rojo precisamente, a Kid no le había hecho ni pizca de gracia pero tuvo que aguantarse

− ¿Señor?

− ¡Te buscan en la oficina!

Kid se fue a la oficina, aunque no terminara sus ejercicios sabía que podía ir y hacerlos después, entro a la oficina y el general Lucci le saludó

− ¡Hola eh...Red! ¿Cómo has estado?

Lucci corroboró que no hubiera nadie en la oficina, pero aun así debían ser precavidos

− General, muy bien, gracias

− Me han contado que a pesar de llevar tan solo una semana aquí, tienes mejor condición física que cualquiera del campamento, incluyendo a tus superiores, ¿estás seguro que quieres seguir en este regimiento? Podría pedir tu cambio a uno de mejor... calidad, no sería bueno que te quedes con este montón de perdedores por mucho tiempo

Kid le dedico una ligera sonrisa y asintió

− Comprendo su preocupación general, pero ¿usted cree que sea bueno ir directamente a por la excelencia sin haberme ganado el respeto de los más débiles primero?

− ¿A qué te refieres?

− El poder del ejército radica en sus números general, mientras más grande es el número de subordinados, más poder tiene ¿no es así?

El general asintió

−Pues no puedo llegar siendo un completo desconocido con los mejores sería un cero a la izquierda, las leyendas son creadas por los más débiles, ellos necesitan un héroe en quién creer y yo seré esa persona, mi historia llegará hasta sus colegas y superiores y entonces le pedirán que sea tan amable de llevarme hasta ahí, claro que usted podría aprovechar del favor que le están pidiendo y así ambos podríamos ganar ¿no lo cree?

Lucci se sorprendió visualizando el futuro que el pelirrojo le manejaba, no había motivos para pensar que fuera a pasar de otra manera, Kid tenía que darse a conocer sí o sí y cuando le suplicaran porque él, el mentor del chico lo llevara hasta ellos para poder aprovechar al máximo su talento, le estarían debiendo un favor y eso era justamente lo que buscaba, el general dejo escapar una siniestra risa, Kid ni se inmutó

Dulce Obsesión (KidxLaw) One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora