Alex, ¿Por qué tenías que ser tú?

CAPÍTULO 3

El tiempo pasó tan rápido que me asuste, un día Adrián me estaba dando mi primer beso de verdad y al día siguiente me sorprendía dándome dos billetes de avión a Miami, por hacer un año de novios. Miami era el sitio de mis sueños, siempre estaba diciendo que quería ir allí antes de que me fuera a la universidad. Y al fin mi sueño se había cumplido gracias a mi perfecto novio.

No me lo podía creer desde que me dio esos billetes no podía parar de sonreír todo el día y pensar en las miles de cosas que haríamos, la pena es que solo Íbamos tres noches y cuatro días, se me iba a hacer muy corto.

Un día antes de que nuestro avión despegara mi madre me sentó en el sofá¡ y me dio la charla de la protección a la hora del sexo y todo lo demás, ¡me había puesto en la maleta como diez tipos distintos de pastillas!, ceo que ella estaba más nerviosa que yo, pero no la culpaba nunca nos habíamos separado tanto tiempo ni a tanta distancia, pero ella confiaba en mi y por supuesto en Adrián. El único problema era mi padre que se negó en redondo a que fuera, pero entre mi madre y yo lo pudimos convencer de que me dejara ir, eso si cada vez que me veía con Adrián lo fulminaba con la mirada, era tan gracioso que todos acabábamos riéndonos, menos mi pare, claro.

El día de la partida por fin llego, no pude dormir en toda la noche ya que estuve hablamos primero con Anna con lo que me debería poner por las noches para ir de fiesta y después de la fiesta. Hubo bastantes momentos incómodos pero fue divertido. También pase parte de la noche hablando con Adrián, hablábamos de cómo sería el hotel, que tipo de habiente habría, sobre la comida, etc...

En cuanto llego Adrián a recogerme fui corriendo hasta el a darle un gran abrazo y un gran beso lleno de pasión. Luego nos interrumpió mi madre y saludo a Adrián con una gran sonrisa y un abrazo, en cambio mi padre me ayudo a subir las maletas y me informo por milésima vez que detestaba aquella idea, no le hacía mucha gracia que me fuera tan lejos y mucho menos con mi novio adolescente.

Cuando llegamos al aeropuerto me despedí­ de mis padres. Una hora y media más tarde llegábamos a la puerta de embarque para nuestro avión. Era increíble la seguridad y los detectores de metales que podía haber en un aeropuerto, a una señora le sonó la alarma y la pobre no sabía inglés, debía ser de España ya que yo aprendí un poco de español en el cole y algunas palabras me sonaron familiares.

Llegamos a la puerta con quince minutos de antelación, menos mal pensé estaba muerta de todo lo que habíamos andado por el aeropuerto, y de no haber dormido nada en toda la noche. Adrián se debió dar cuenta y se acercó para que me apoyara en su hombro para dormir.

-Cuando tengamos que embarcar te aviso ¿vale? Así­ que duerme un poco te sentara bien.- dijo con un hilo de voz en mi oreja, la verdad no se porque susurraba no había nadie a nuestro alrededor y eso me hizo sonreír, le abrace el brazo con los brazos y me dormí­, poco rato después un cálido beso me despertó de mis sueños y vi como Adrián me miraba con sus preciosos ojos verdes llenos de emoción.