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—De acuerdo, ahora que Millie se fue, ¡plan en marcha! —exclamó la pelirroja sentándose emocionada en el medio de Noah y Maddie, los cuales no paraban de comer chocolates y la miraban confundidos.
—¿Eh? ¿De qué hablas? —preguntó la rubia.
—Sadie, no jodas. —agregó el castaño.— Ya te dijimos que sea lo que sea no lo vamos a hacer.
—¿Me perdí de algo? —volvió a preguntar Maddie.
—Hoy en la cafetería Sadie puso su cara de Sadie. Ya sabes, la cara que hace cada vez que se le ocurre un plan macabro o algo por el estilo —le contó Noah, como si fuese lo más obvio del mundo. La rubia entendió a lo que se refería.— Millie le paró el carro en seguida y le dijo que no va a participar en ninguna idea suya, entonces Sadie ahora quiere hacer complot con nosotros ya que sabe que si Millie siguiera aquí la haría enojar y esta la retaría y no la dejaría hacerlo. No puede hacerle la contra a Mills. Tiene miedo, básicamente.
—¡Hey! Yo no le tengo miedo a Millie. —se defendió la colorada.
—Todos le tenemos miedo a Millie cuando se trata de estas cosas. —agregó Noah, y estaba en lo cierto.
La castaña podía ser un pan de dios, pero cuando quería era el mismísimo Satanás, y más si la hacías enojar. Por eso Sadie sabía que no podía compartir aquel plan que se le había ocurrido con su amiga, este la pondría loca y la molestaría demasiado, ya que mientras Millie va con las reglas, Sadie va en contra.
—Ya. ¿Y de qué va el plan, si se puede saber? —preguntó Madison mirándolos a ambos.
—No me mires a mí, yo no lo sé. —le respondió el ojiverde, y ambos miraron a la colorada, la cuál sonrió con cara de psicópata.— Oh no, oh no, no, no, no, no esa cara otra vez.
—¡Venganza! —chilló emocionada, comenzando a saltar en la cama de su amiga y haciendo un desastre.
—¿Contra quién? —preguntaron Noah y Maddie al unísono, levantándose de la cama e intentando evitar el desastre que estaba haciendo su amiga, la cuál ahora agarraba los almohadones y almohadas y comenzaba a revolearlas por toda la habitación mientras largaba grititos de felicidad.
—La Elite.
—Me gusta. —agregó Maddie asintiendo con la cabeza al escucharla decir aquellas palabras.
Al contrario de Millie, Maddie era igual de vengativa que Sadie. Para ella lo que se hacía se pagaba, siempre. ¿Y qué mejor que adelantarse al karma y darle un empujoncito?
—¡Madison! —le gritó Noah.— Se supone que me tienes que ayudar a redimir al diablo, no unirte a él.
—¡Lo siento! Pero de verdad necesito vengarme de Jaeden, Snapchat.
