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第8章: Pijamada dulce*

[Maratón 2/3]

Taehyung comenzó a ordenar todo, estaba apurado en recoger todo el desorden que tenia en ella.

Comencé a juntar los juguetes que tenía tirados por allí. Quite la ropa que estaba en su cama para poder tender su sábana de carritos.

—Hyung, hagamos una pijamada. —propuso con una sonrisa y cómo decirle que no.

—Bien.

—¡Sí! —chilló emocionado. —¿Le gusta la leche de fresa? Iré por ella.

No me dio tiempo de contestar pues ya se había ido corriendo hacia la cocina.

Me senté en la orilla de su cama a esperar por él, es lo que hacía cuando se iba, esperar hasta que llegara.

El color de sus ojos tenían algo que me hacían sentir corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.

Y es que él era perfecto en cualquier sentido, con todo robaba mi respiración. Me gustaba tanto y esa era toda la verdad.

—Llegué Hyung, conseguí galletas y leche de fresa, tome.—me extendió la cajita de leche, la tomé y le sonreí.

—¿Quiere armar una casita de sábanas? Porque yo sí.

No entendía el por qué pedía una respuesta, si de todos modos él no haría caso y terminaría en hacer lo que él quería.

Comenzamos a hacer la casita de sábanas en una esquina de su cuarto. Había atado las esquinas de éstas en los muebles. Taehyung chillaba por lo hermosa que había quedado, para mí, parecía que se estaba derritiendo. Había quedado horriblemente bien. Ayudé a meter algunos cojines y sábanas para sentarnos ahí y hablar, hablar de algún tema banal pero yo quería hablar de nosotros.

—Honestamente, no soy un buen chico, Taehyung. —comencé —Habrá ocasiones que te haré llorar, pero aún así, te prometo que serán más días en los que te haga sonreír.

—¡Se está confesando Hyung!

Se volvió mas vergonzoso esto.

—Sí, cállate. —continúe —Las películas de época que he visto son hermosas y quiero tener un amor de época, sólo nosotros dos. Voy a decirtelo ahora mismo. Me gustas.

—¡Vamos Hyung! Diré que sí. —dijo.

—Ah, Taehyung. Es vergonzoso.

—¡Min Yoon Gi y yo somos novios! —gritó el castaño. Un grito demasiado fuerte.

—Te quiero. —fui sincero.

—Ouh, Hyung. No sea así, es tan tierno. Pero también lo quiero.

Taehyung explotaba en encantos. Recordé, saqué de mi bolsa una carta que había hecho para él. Se la lancé y me escondí entre las cobijas.

Taehyung:

Sé mi novio, adiós.

—Hyung, nos vamos a casar.

No era lo que quería exactamente, pero estoy satisfecho.

Tenía sueño y quería dormir así que atraje a Taehyung hacia mí y lo abracé. Él reía y yo disfrutaba la melodía que creaba para dormir.